19 lenguas indígenas en grave riesgo de desaparecer

México.- La migración por búsqueda de empleo, la adopción del español y la asimilación de la modernidad han provocado que muchos indígenas abandonen o ni siquiera aprendan sus lenguas nativas. En consecuencia, muchas están en peligro de desaparecer.

El Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), registró 89 lenguas indígenas, de las cuales, nueve son habladas por menos de 10 personas y otra decena por un promedio de 100 hablantes.

Prácticamente están al borde de la extinción el chinanteco de Lalana, el popoluca de Oluta, el popoluca de Texistepec, el zapoteco del Rincón, el chinanteco de Sochiapan; el papabuco, el ayapaneco, el mixteco de la zona mazateca y el chinanteco de Petlapa, todos con menos de 10 hablantes.

Otras 16 lenguas nativas no sobrepasan los mil hablantes. Entre ellas destacan el paipai, el kumiai y el cucapá, en Baja California; el cakchiquel, el quiché y el jacalteco, en Campeche, Chiapas y Quintana Roo; el ixcateco, en Oaxaca; el seri y el pápago, en Sonora; y el kikapú, en Coahuila.

Sólo 16 lenguas indígenas son hablados por más de 100 mil personas mayores de cinco años. El náhuatl es la principal, con 1.5 millones de hablantes distribuidos en varias zonas del país, principalmente en Guerrero, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz.

Le siguen el maya, con 786 mil hablantes (sobre todo en Yucatán, Campeche y Quintana Roo), y el mixteco, con casi 472 mil personas (principalmente en Oaxaca y Guerrero).

Otros grupos lingüísticos importantes son el tzeltal y el tzotzil, en el sureste del país, principalmente en Chiapas, y el zapoteco, en Oaxaca y Veracruz.

Datos internacionales

El Atlas de lenguas del mundo en peligro 2010, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), revela que en México hay 364 variantes lingüísticas. Según el grado en que éstas han caído en desuso, el organismo internacional considera que 52 están en situación “vulnerable”, 38 en “peligro”, 32 “seriamente en peligro” y 21 en “situación crítica”.

Una lengua es “vulnerable” cuando la mayoría de los niños la habla, pero su uso se restringe a ámbitos como el hogar; “en peligro”, cuando los niños no la aprenden como lengua materna.

Está “seriamente en peligro” cuando sólo los ancianos la hablan, mientras que la generación parental puede comprenderla, pero no la habla entre sí ni con sus hijos; en “situación crítica”, si los viejos son los únicos hablantes, pero sólo la usan esporádicamente.

Envejecen y pierden presencia

Según el censo de población, en México hay 6.7 millones de personas de entre cinco y más años que hablan alguna lengua indígena. Aunque este grupo ha crecido en los últimos 20 años (en 1990 eran 5.3 millones; en 2000, 6 millones), su peso entre la población ha caído: en 1990 representaba 7.5% de la población; en 2000, 7.1%, y en 2010, sólo 6.7%.

En las entidades con grandes núcleos de asentamientos indígenas las lenguas maternas pierden presencia. Mientras que en 1990, 39.1% de los oaxaqueños, 44.2% de los yucatecos, y 32.2% de los quintanarroenses hablaban un dialecto, en 2010 estos porcentajes descendieron a 34.2%, 30.3% y 16.7%. Sólo Chiapas y Guerrero la tendencia fue diferente.

Por otra parte, los indígenas crecieron a una tasa anual de 1.2% en los últimos 20 años —en tanto que ésta fue de 1.8% para toda la población— y su crecimiento es cada vez menor.

Mientras que en los 90 la población que hablaba una lengua indígena creció a una tasa anual de 1.4%, en los últimos 10 años lo hizo a 1%.

En Campeche, Sinaloa, Tabasco, Yucatán y el Distrito Federal el grupo decreció entre 2000 y 2010.

La población que habla una lengua indígena también está envejeciendo. Entre 1990 y 2010, el porcentaje de hablantes de 5 a 14 años cayó de 27.3% a 19.9%. Lo mismo sucede, en menor medida, con el grupo de 15 a 24 años. En contraste, el porcentaje de la población mayor a 45 años va en aumento.

Mientras que las nuevas generaciones han abandonado su lengua, la población adulta lucha por conservarla.

Las entidades del norte del país y fronterizos crecieron en presencia indígena. En Nuevo León aumentó a una tasa de 11.1% anual, pasando de 4 mil 852 hablantes, en 1990, a 40 mil 137 en 2010. Le siguen Zacatecas, con una tasa anual de 9%; Aguascalientes, 7.3%; Baja California Sur, 7%; Tamaulipas, con 5.2%; Colima, con 5.1%, y Baja California, con 4.2%.

Agencia El Universal