La temperatura media global en superficie en 2015 será, probablemente, la más cálida de la que se tiene constancia desde que empezaron los registros hacia 1880 y alcanzará el importante umbral simbólico de 1ºC por encima de los niveles preindustriales, lo que obedece a la combinación del calentamiento de la Tierra provocado por la actividad humana con un episodio especialmente intenso de El Niño, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
“Los años 2011 a 2015 han sido el quinquenio más cálido del que se tienen datos, con numerosos episodios meteorológicos extremos – especialmente olas de calor – por influencia del cambio climático” concluye un estudio de la OMM recién publicado.
El secretario general de la OMM, Michel Jarraud, anunció que “el estado del clima de 2015 hará historia por varios motivos. Los gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzaron nuevos niveles máximos y, durante la primavera, en el hemisferio norte la concentración media mundial de CO2 superó por primera vez la barrera de las 400 partes por millón (ppm). 2015 será probablemente el año más cálido del que se tienen datos, con unas temperaturas en la superficie del océano a los niveles más elevados desde que comenzaron las mediciones. Son malas noticias para el planeta.»
Sin duda, el año que estamos a punto de dejar atrás ha ocasionado severos episodios extremos en diversos lugares de la Tierra. Por ejemplo, varias olas de calor azotaron la India entre mayo y junio, con temperaturas que sobrepasaron los 45ºC, provocando la muerte de más de 2.000 personas. Mientras, en Pakistán fallecían 1.400 por la misma razón. En muchos otros lugares –Burkina Faso, Níger, Marruecos, España y Portugal, entre otros– los termómetros excedieron generosamente los 40ºC y en Egipto alcanzaron los 47,6ºC.En Irán sufrieron unos sofocantes 46ºC que, en combinación con la alta humedad imperante, generaron una sensación térmica de 74ºC. De seguir así, se estima que en el Golfo Pérsico, la temperatura imperante a finales de siglo exceda el umbral de lo humanamente vivible.
También se han sucedido lluvias torrenciales, sequías y huracanes (cuatro en el Atlántico Norte y más de una docena en el Pacífico). Y numerosos incendios que, azuzados por la sequía y el calor extremo, arrasaron, por citar algunos casos, casi 3 millones de hectáreas en Alaska, 121.000 hectáreas en el condado de Okanogan, en Washington y unas 60.000 en California. Crucemos los dedos para los que los que van a negociar el futuro medioambiental del planeta en París (COP21) sean conscientes de lo que está en juego.
