Elba Esther Gordillo Morales acusa al gobierno de Felipe Calderón Hinojosa de pretender fracturar a organizaciones sindicales, principalmente con una política que interfiere en la vida interna de los sindicatos, con la llamada entrega de toma de nota.
En entrevista, dice que no es hora de que ella deje su posición al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Todavía no ha llegado el momento, “no estén soñando eh, no me voy mañana, qué ganas traen…”
La presidenta de la organización sindical expone que no hay ruptura con el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, pero acepta que “hay diferencias”, fundamentalmente por la política de la Secretaría del Trabajo hacia los sindicatos.
Agrega que de parte del gobierno federal se ha intervenido de manera “ilegal” en la vida de los gremios.
Gordillo Morales dice que existe pleno respeto hacia Calderón Hinojosa, pero que eso no significa que “sea subordinado o incondicional de tal o cual”. Comenta que no hay duda de que en la actual administración “hay cosas muy aplaudibles de su gobierno”, pero también “inquietud” de parte del magisterio.
Al filo de la medianoche del martes, en el Centro Cultural del México Contemporáneo, y luego de que los más de 400 líderes se retiraran al concluir la sesión del consejo nacional, la lideresa elige un lugar entre las sillas vacías del recinto para dialogar.
Antes, en su discurso final ante los consejales, los exhorta a continuar en la “lucha por nuestras reivindicaciones, ahí vamos, iremos juntos y continuaremos. Pero no sólo de pan vive el hombre, a veces el pan indigesta; vive de ideales, realizaciones, sueños hechos realidad, vive de mística, de emoción, compromisos, eso somos los maestros”.
Elba Esther —a quien se atribuye haber sido factor decisivo en las últimas dos elecciones federales—, accede a “hablar de política” en los albores de la carrera presidencial y ataja: “Yo no soy de las que se va a subir a un carro, si me dicen en qué asiento me va a tocar”. Elige cada una de sus palabras, hace pausas cuando se trata de abordar los tiempos políticos preelectorales, que dice la hacen tener “serenidad para la reflexión”. Consecuencia de ello asegura no se va a meter a “descalificar a los candidatos ni de un partido ni de otro”.
De entre quienes han manifestado su interés y ocupan cargos en el gabinete apunta: “Oímos muchos que quieren, otros que casi tienen muy pocas posibilidades…”, pero se cuida, no da nombres.
En el único caso en el que particulariza es en el del secretario de Educación, Alonso Lujambio, por su interés revelado de ser él uno de los aspirantes a la candidatura del PAN.
A nombre del SNTE, Gordillo dice: “El gremio no puede decir sí está con él, no está con él, ni por qué menoscabar o menospreciar su voluntad. Es su voluntad”.
Con motivo de la celebración del Día del Trabajo, hizo público un desplegado en el que al lado de la dirigencia del magisterio asegura que México está viviendo los momentos más difíciles, en medio de una escalada de violencia e inseguridad sin precedentes.
En el balance plantea como preocupante la polarización política y “el peligroso incremento de la conflictividad sindical por la pretensión de imponer una reforma laboral contraria a los trabajadores”. Además, afirma que ve “incapacidad” en la autoridad laboral para resolver los conflictos sindicales. Sobre ello, dice que es una postura “puntual y no peleonera”.
¿Hay ruptura con el gobierno?
No, pero hay diferencias.
¿Cuáles serían?
Bueno, por ejemplo en el caso muy particular de lo que está pasando con el SME. A nosotros nos preocupa y nos ocupa que haya más de 18 mil trabajadores sin empleo. No es cosa menor, pero también revisando la ley, observamos la aplicación de desconocer al sindicato, de no darle su toma de nota. Es un acto flagrantemente ilegal que haya sido desde la Secretaría del Trabajo. Eso no está bien, no es jurídico; por ende nosotros pues no estamos de acuerdo, ¿me entienden?
Creemos que a todos los asuntos les debemos buscar una salida política, un acuerdo que permita buscar las soluciones que se requieren.
Para emprender ese cambio de fondo considera “fundamental consultar a las organizaciones sindicales”.
¿Cuál sería la solución política para el SME?
Yo creo que una de las cosas, la primera, medular, es sentarse en una mesa y buscar cómo se va a solucionar el tema. El patrimonio de la organización es del sindicato, no es del gobierno. El fracturar a las organizaciones no beneficia a nadie. En fin, yo no tengo la respuesta, no soy la Secretaría del Trabajo. Soy una trabajadora.
Lo que sí estoy segura es que en mi SNTE no permitiríamos que por una nota gubernamental, como hemos visto que se hace a veces, pues se pretenda dividir a un gremio.
Gordillo se refiere a la toma de nota que la Secretaría del Trabajo entregó en enero de 2011 al Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación en México, organización disidente al SNTE.
¿Qué otras diferencias tienen con el gobierno?
En particular hay diferencias claras, objetivas, ésta es una. A mí sinceramente, se me hace, hemos mantenido cierta discreción, prudencia diría, en el manejo. Pero en cuanto a las tomas de nota, el SNTE no está de acuerdo. El SNTE cree que la toma de nota de las organizaciones sindicales debiera estar en manos de órganos más ciudadanos o jurídicos, de otro tipo, y no que la misma instancia gubernamental diga sí o no somos organización, o sí o no somos dirigentes legítimamente electos.
La otra parte que nosotros estamos discutiendo y pidiendo que se revise, es la de los apartados, el apartado A y el apartado B. Estar en el B nos cancela el derecho de huelga de facto, no podemos estar de acuerdo. Nosotros reivindicamos el derecho de huelga.
Una de las situaciones que más preocupa a los mexicanos es el tema de la seguridad, ¿qué tanto le está pegando a los maestros?, se habla de maestros extorsionados, secuestrados…
De escuelas amenazadas, de que hay escuelas donde no quieren que entren los maestros, en fin, pues es un problema al que nosotros no somos ajenos de lo que le pasa a la ciudadanía. De nuestra parte han oído discreción para resolverlo.
¿Esta diferencia con el gobierno del presidente Calderón Hinojosa ya implica distancia?
No, no necesariamente. Cuando estaba el secretario [Ernesto] Zedillo yo decía: encuentros y desencuentros y esa es una realidad. Ellos tienen una función, nosotros otra, y hay encuentros y hay desencuentros, pero en lo sustantivo, mis respetos y mi consideración al Jefe de las instituciones del país. Eso no quiere decir que el SNTE sea subordinado o incondicional de tal o cual.
En relación con la sucesión presidencial, se habla de que usted está al lado del PRI y en particular con el gobernador Enrique Peña Nieto.
¿Quién lo habla?
Pues se dice en los círculos políticos, la opinión pública…
Se dicen muchas cosas. Unas ciertas, otras no.
Es esquiva, no quiere abundar sobre sus encuentros públicos con el gobernador mexiquense, y se define como una persona que hoy no tiene militancia partidista.
“Tengo una simpatía, un apoyo, no lo niego, no lo oculto, con Nueva Alianza, pero no una afiliación a un partido… No pretendo ningún puesto de elección popular. Ya he tenido varios y creo que hay que dar chance a otros a que participen. No, no está en mi agenda”.
En otra parte de la discusión preelectoral también son diferentes las voces y críticas a quienes aspiran por parte del PAN y que ocupan cargos en la administración federal, ¿los aspirantes debieran dejarlos?
Son temas complejos pero que me invitan también a la serenidad y a la reflexión… Oímos muchos que quieren, otros que casi, otros que tienen muy pocas posibilidades, es decir, se oyen muchas cuestiones. En el caso de SEP, de lo que nos compete, yo no me voy a meter a descalificar a los candidatos ni de un partido ni de otro.
Pero es innegable hoy y puedo decirlo con toda franqueza, se puede comprobar que si ayer dijimos que la señora [Josefina] Vázquez Mota estaba más preocupada por la sucesión presidencial, que por lograr acuerdos con el sindicato, pues no tengo que calificar, la evidencia está a la vista.
¿Lo mismo ocurre con el secretario Alonso Lujambio?
¿Qué puedo decir, hoy, que está pasando? Pues lo que puedo decir es que ya me enteré y es público que él aspira a esta situación y el gremio no puede decir sí está con él o no está con él. Es su voluntad.
Por último, de su relevo, decía que usted no buscará ningún cargo…
A ver, a ver, a ver, todavía no ha llegado, no estén soñando eh, no me voy mañana, qué ganas traen…
¿Cuándo, en el 2012?
Será cuando deba ser y como deba ser. En mi caso, no hay temores, no hay duda. ¿Qué voy a hacer? ¡Uy! hay tantas cosas bellas, tantas, no, no, yo no me voy a retirar a leer —se deja caer en la silla y extiende los brazos elevándolos al cielo— y ¿a ver qué? No, no, no, yo me voy a retirar a seguir viviendo, a sentirme plena, tengo una familia, tengo muchas cosas que hacer.
¿A seguir haciendo política?
La vida es cotidianamente política… hacer política de la buena eh —sonríe, se levanta y se despide.
Agencia El Universal