El Estado francés desembolsó hoy casi un millón de euros para asegurarse que un conjunto de manuscritos del dirigente de la Revolución Francesa Maximilien Robespierre no abandonaran el país tras ser subastados en París.
La comunidad de historiadores e intelectuales franceses habían pedido al Ministerio de Cultura que no dejara que esos importantes documentos salieran de Francia.
Finalmente, el Estado hizo valer su derecho preferente de compra y desembolsó 979 mil 400 euros (1.3 millones de dólares) , tres veces más que el precio inicial, para que las cartas y discursos se mantengan en sus Archivos Nacionales a la disposición de los estudiosos que lo necesiten.
El representante del Gobierno en la venta, Hervé Lemoine, afirmó que se abrirá una recogida de fondos para financiar la compra.
La Sociedad de Estudios Robesperrianos, encargada de recolectar las donaciones, anunció que ya cuenta con 100 mil euros (142 mil 500 dólares) para este fin.
En particular, los historiadores tenían puesta la mirada en un lote que contiene discursos, borradores de artículos de prensa o de informes leídos ante la Convención y el fragmento de un discurso escrito la víspera de su arresto y en el que atacaba la conspiración que se estaba urdiendo contra él y sus allegados.
Además de su interés histórico, el documento tiene un gran valor sentimental, ya que al día siguiente de su arresto Robespierre prefirió suicidarse antes de pasar por la guillotina.
Por este conjunto, el Estado pagó 750 mil euros (mil millones de dólares)
Un segundo lote, que costó a las arcas públicas 65 mil euros (92 mil 600 dólares) , contiene una serie de correspondencia cruzada con su hermano Augustin que, según los historiadores, permiten contextualizar su acción política en el ambiente familiar.
En total, son 113 páginas manuscritas que pertenecían a los descendientes del diputado Philippe Le Bas, fiel a Robespierre.
Datados entre 1792 y 1794, los años más duros del periodo revolucionario conocido como el Terror, los documentos del dirigente jacobino habían permanecidos en la colección privada de los descendientes de Le Bas, lejos de la mirada de los estudiosos.
El Ministerio de Cultura aseguró que, una vez en su poder, serán digitalizados para que puedan estar al alcance de los estudiosos.
Los originales, por su parte, irán a los Archivos Nacionales o a la Asamblea Nacional.
Agencia El Universal