Sorprendidos por la respuesta entusiasta de la comunidad latina, los 37 pequeños que integran el coro de Los Niños Cantores de Morelia cumplieron con una apretada agenda de presentaciones como invitados especiales en el recién concluido Festival de Música Juvenil de Chicago 2011.
Antes de partir, los directores de este grupo de voces infantiles relataron la experiencia de esta invitación que recibieron con gastos pagados por parte de la Orquesta Sinfónica de Chicago, la cual surgió después de escucharlos cantar el año pasado en la fiesta de El Grito Bicentenario.
‘Los niños han comentado que les sorprende y están fascinados porque les aplauden mucho, aunque están acostumbrados a eso, el acercamiento que tienen con el público de aquí es otro, hubo una conexión fuerte y les encantó’, expresó la directora del coro, Elizabeth Espejel Cruz.
En tanto, Javier Alvarez Fuentes, rector del Conservatorio de Las Rosas, sede de Los Niños Cantores de Morelia, dijo que espera que el coro sea nuevamente invitado el próximo año y llevar a los pequeños a otras ciudades de Illinois donde principalmente residen latinos.
‘En la presentación del año pasado, los responsables de la Sinfónica de Chicago se sorprendieron de ver el arraigo que tienen las canciones mexicanas entre el público latino. Ellos quieren acercarse a esta comunidad y les pareció que los niños representaban una excelente forma de hacerlo, por eso hubo una invitación especial’, explicó.
Destacó que el principal interés del grupo es llegar al público latino, ‘porque estas son sus canciones, cantadas por sus niños, es su cultura. Además, se comparte la idea de que lo que ofrece el coro es lo que queremos para todos los niños mexicanos, y que el poder de la música en sus manos es el instrumento más fuerte de cambio social y personal’.
La directora del coro relató que los niños disfrutaron su visita a Chicago pese a la ocupada agenda, ya que en cuatro días tuvieron más de seis presentaciones y recibieron pláticas, ‘ha sido una gran oportunidad para ellos, tienen muchos años de no salir en gira al extranjero, y a pesar de la enorme responsabilidad que traían, se van con orgullo y satisfacción’.
El año pasado, el Consulado de México les organizó a los pequeños visitas al acuario y el museo Field, pero esta vez tuvieron la oportunidad de disfrutar algunas tardes libres para recorrer el centro de Chicago.
Salir con casi 40 niños que viajan sin sus padres no es tan complicado para los responsables del coro, un total de siete adultos, ‘aunque como todos los niños son inquietos, tienen la cualidad de ser disciplinados y responsables en sus actos’, agregó Espejel, la joven directora que ha logrado que los pequeños la vean como una hermana.
‘Estar en el coro no es fácil, porque no solo deben mostrar ciertas habilidades y disciplina, también deben cumplir con los ensayos ocho horas semanales donde trabajan técnica vocal, lectura musical y repertorio, pero como les gusta disfrutar de esta responsabilidad’, dijo la egresada del mismo conservatorio en el 2009, con una licenciatura en dirección coral.
El Conservatorio de Las Rosas, ubicado en Morelia, Michoacán, es el más antiguo del continente y lleva a cabo 150 actividades y conciertos anuales además de sus clases de música. Los niños cantores es el grupo emblemático de este sitio histórico, el cual se forma con pequeños de la comunidad que son becados, pero deben mantener una calificación escolar de nueve.
El coro está integrado por niños de ocho años hasta 14, límite para los varones que cambian de voz. Realizan 40 espectáculos en un año, para lo cual tienen un repertorio de 50 canciones, recorren varias ciudades mexicanas cantando en eventos especiales y se han presentado ante personalidades, presidentes y reyes.
Los Niños Cantores de Morelia participaron en el Festival de Música Juvenil de Chicago al lado de la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, dirigida por Enrique Barrios. Ambos grupos compartieron con jóvenes músicos del área sesiones de instrucción académica a cargo de Ricardo Muti, director de la Sinfónica de Chicago, y músico chino-estadounidense Yo-Yo Ma.
El festival es un encuentro bianual internacional que surge de una colaboración entre el Instituto de Acceso al Aprendizaje y Formación de la Orquesta Sinfónica de Chicago y los principales centros de educación musical de la ciudad, con un enfoque social, académico y artístico, que se lleva a los vecindarios de la ciudad.
Agencia El Universal