La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidirá mañana, viernes, acerca de la cuestión largamente debatida de si deben destruirse ya los últimos virus de la viruela o si una vez más se aplaza la fecha.
Los representantes de los 193 Estados miembros, reunidos en la Asamblea Mundial de la Salud, abordarán por cuarta vez en el último cuarto de siglo si ha llegado ya el momento de deshacerse de esos virus vivos de una enfermedad que fue erradicada oficialmente en 1980, tal como proclamó la OMS.
Pero si bien el virus ya no está presente en la naturaleza ni en el hombre u otras especies animales, aún quedan muestras guardadas celosamente en dos laboratorios de alta seguridad: un centro en Atlanta (EU) , que tiene más de 400, y otro en Koltsovo (Rusia) , donde se almacenan 120.
En principio, la decisión de destruir las últimas muestras conocidas del virus la tomó la comunidad internacional en 1996, pero los países están divididos sobre el momento adecuado de hacerlo.
La última vez que los miembros de la OMS tomaron una decisión al respecto fue en 2007, cuando una vez más se decidió aplazar la fecha de destrucción.
La viruela es una enfermedad altamente contagiosa, y era una de las más temidas en el mundo por su alta tasa de mortalidad, el 30 por ciento de los afectados, hasta que pudo ser erradicada después de una intensa campaña global de vacunación.
El último caso conocido se dio en Somalia en 1977, en cuanto a contagio natural, pero de la peligrosidad del virus da cuenta un incidente registrado en 1978 en Birmingham (Reino Unido) cuando una empleada de la Escuela de Medicina de la universidad murió a causa de un accidente de laboratorio.
Todo apunta a que mañana la OMS volverá a aplazar la fecha para la destrucción otros cinco años, ya que varios países, entre ellos Rusia y EU, han presentado un proyecto de resolución en ese sentido.
La secretaria de Salud estadounidense, Kathkleen Sebelius, confirmó esta semana en Ginebra que han presentado dicho proyecto, y reiteró la posición de Washington favorable a guardar aún los virus con fines de investigación.
Sebelius expuso el temor de que dichos virus se encuentren todavía en otros laboratorios aparte de los dos oficiales, y que puedan ser empleados en un ataque bioterrorista.
«Nos tememos que el virus de la viruela esté presente fuera de esos dos laboratorios oficiales y que pueda ser expandido de forma intencionada o empleado como arma biológica» , señaló la responsable de Salud de EU.
También señaló que Washington está llevando a cabo investigaciones adicionales para estar seguros de que se podría frenar una eventual reaparición de la enfermedad debido a uno de esos ataques bioterroristas.
Los partidarios de seguir guardando el virus alegan que es la única forma de poder desarrollar nuevas vacunas o medicamentos, puesto que no se pueden hacer experimentos con él en los seres humanos.
Otras voces de países y de expertos son favorables en cambio a la destrucción de las muestras precisamente por considerar que es peligroso guardarlas.
«Los que quieren destruirlo ya, recuerdan que la enfermedad ha sido erradicada, y subrayan que ya existe la tecnología necesaria para desarrollar nuevas vacunas y medicamentos» , dijo hoy Aphaluck Bhatiasevi, del servicio de comunicación de la OMS.
Por su parte, Gregory Hartl, otro portavoz del organismo, dijo que habitualmente este tipo de resoluciones se adoptan en la OMS por consenso, pero reconoció que en este caso, debido a las diferencias, podría ser necesaria una votación.
Además, aunque se aprobara por mayoría la decisión de destruir las cepas, la OMS carece de competencias para hacer cumplir la resolución o para imponer sanciones.
Agencia El Universal