También hay los casos inversos, cuando la cerrazón ideológica, la negativa de las organizaciones democráticas a formar frentes amplios, abrió la puerta al extremo de la derecha, el fascismo.
La lección es la misma: la validez de la conjunción de fuerzas ideológicamente dispares, distantes en algunos casos, cuando hay objetivos que trascienden las fronteras partidarias y rebasan los cálculos inmediatistas de grupos y liderazgos personales.
a) Francia, aquí sólo la alianza de fuerzas democráticas, desde la derecha moderada hasta la izquierda socialdemócrata ha frenado el ascenso al poder de la derecha neofascista, representada por la familia Le Pen, primero el padre Jean Marie y luego la hija, Marine. El actual presidente Emmanuel Macron sólo pudo vencer en segunda vuelta a Marine Le Pen, por el apoyo de un abanico de fuerzas de derecha moderada, centro y progresistas.
b) España, aquí el Partido Socialista sólo ha podido contener a la derecha aglutinada en torno al Partido Popular por las alianzas que ha establecido con expresiones de centro y de izquierda, como Unidas Podemos y fuerzas regionales moderadas e independentistas.
c) En Italia, las alianzas han sido en el polo de la derecha, como la establecida hace tres años, luego con algunas variantes, entre la ultraderechista Liga Norte con el Movimiento 5 Estrellas y otras expresiones xenofóbicas y antimigrantes. Precisamente en Italia la renuencia de los partidos democráticos y progresistas a establecer una alianza para constituir un bloque hegemónico le abrió, hace cien años, en mayo de 1921, la puerta al fascismo de Benito Mussolini, como se lamentaba Antonio Gramsci, en su conocida obra, en buena parte autobiográfica, llamada Los cuadernos de la cárcel.
En el continente americano Chile es el ejemplo clásico, paradigmático, pues en ese país hermano, en 1988, sólo la alianza de fuerzas de derecha moderada, de centro y de izquierda, desde la democracia cristiana hasta los comunistas, pasando por los socialistas, pudo vencer y expulsar a la dictadura de Augusto Pinochet, un amplio frente de fuerzas que coincidieron en el referéndum del No. Ahí la necesidad de restaurar la democracia se antepuso a las diferencias ideológicas de varios partidos.
Como se aprecia en estas cuatro experiencias internacionales y como veremos en el caso de México la próxima colaboración, las alianzas amplias, algunas cubriendo el espectro de la izquierda, la derecha y el centro, han sido y seguirán siendo una estrategia útil para impulsar agendas trascendentales, que incluyen la defensa de la ingeniería constitucional y el entramado institucional, los cimientos de la civilización, así como la vigencia de la propia democracia.
*Presidente de la Fundación Colosio
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