PUEBLA.- El Gran Telescopio Milimétrico (GTM) alcanzó un hito importante en la trayectoria del proyecto, el 1 de junio de 2011, cuando se realizaron las observaciones a tres milímetros con el «Detector de Corrimientos al Rojo». Así lo reportó el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
El GTM es un proyecto binacional encabezado por el INAOE en México y la Universidad de Massachusetts en Estados Unidos, financiado con fondos públicos a cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en México y la National Science Foundation en Estados Unidos.
El telescopio se ubica en la cima del Tliltépetl, o Volcán Sierra Negra, en el estado de Puebla, a cuatro mil 581 metros sobre el nivel del mar y es único en su tipo en el mundo.
El Detector de Corrimientos al Rojo es un espectrómetro capaz de medir emisión molecular a grandes distancias en el Universo, con el que el GTM ha empezado a hacer observaciones en las longitudes de onda de diseño del telescopio.
La antena parabólica está diseñada con un área colectora de 50 metros de diámetro, de los cuales 32 son operativos en este momento, y capta radiación en el rango de 350 a 75 Ghz, que corresponde a longitudes de onda de 0.85 a cuatro milímetros.
Messier 82 (M82), el primer objeto observado, es una galaxia de tipo Starburst relativamente cercana, ubicada a una distancia de 12 millones de años luz.
Estas galaxias experimentan intensos brotes de formación estelar, que en el caso de M82 son inducidos por la interacción gravitacional con la galaxia compañera M81.
El gas frío inyectado a las regiones centrales de la galaxia por la interacción provoca una gran producción de energía en forma de radiación infrarroja y milimétrica, que excita el medio interestelar de M82 y propicia la emisión de las líneas moleculares que se muestran en la figura.
El GTM ha detectado en tan sólo media hora una gran colección de líneas de emisión de moléculas orgánicas, algunas de las cuales no se producen naturalmente en la Tierra.
Alfonso Serrano Pérez-Grovas, investigador principal del proyecto, indicó que ‘sin duda, es el punto de partida de lo que serán años y años de fructífera investigación para México y otras naciones’.
Señaló que «no sólo aportará vistas de las galaxias más lejanas en el Universo, sino que también nos permitirá realizar un estudio detallado de las condiciones que existían tras la gran explosión o Big Bang».
Siguiendo estas primeras observaciones, el GTM ha obtenido señales de objetos más lejanos, incluyendo la detección de monóxido de carbono en las galaxias SMM J2135-0102, conocida como La Pestaña y MM18423+5938, cuya luz se emitió cuando el Universo tenía tan sólo el 21 y 12% de su edad actual respectivamente.
La luz de estas galaxias se encuentra amplificada por lentes gravitacionales cercanas, y constituyen sistemas curiosos que permitirán estudiar la materia oscura del Universo.
El director científico del GTM, David H. Hughes, añadió que «esta es una clara demostración de que los requerimientos científicos con los que se diseñó el GTM son realistas, y aunque el GTM aún no está completamente optimizado, permite ya realizar investigaciones importantes sobre el Universo primitivo».
La alineación final del espejo primario del GTM comenzó en diciembre de 2010 y fue completada en abril, permitiendo las primeras pruebas del sistema completo con sus receptores en ondas milimétricas, refirió Peter Schloerb, investigador del GTM por la Universidad de Massachusetts.
En tanto, Alberto Carramiñana Alonso, director del INAOE, señaló que hay «un gran esfuerzo para sacar este proyecto adelante y para sostenerlo a futuro, necesitamos contar con el apoyo constante tanto en recursos humanos como financieros».
Enfatizó que «estamos seguros que tendremos el respaldo del gobierno, la industria y la academia».
Los científicos de todas partes del mundo están a la expectativa de la puesta en operación de este telescopio, al que la comunidad científica nacional tendrá un acceso preferente.
Agencia El Universal