Restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajarán en la conservación de la pintura rupestre del sitio arqueológico El Ocote, en el estado de Aguascalientes, ya que es uno de los patrimonios culturales más vulnerables a los embates medioambientales y al vandalismo, particularmente del graffiti.
De acuerdo con el INAH, aunque en el caso de El Ocote no existe afectación por esta última causa, los efectos del ambiente han ocasionado la erosión y degradación de la piedra volcánica en la que grupos prehispánicos dejaron pintados, sobre algunos de los paramentos del llamado Cerro de los Tecuanes, y en rocas asociadas a éste, diseños naturalistas y abstractos de pequeño formato en tonos rojos.
Detalló que después de realizar un diagnóstico, especialistas del Centro INAH-Aguascalientes y de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), se darán a la tarea de proteger estas pinturas rupestres distribuidas en cinco conjuntos en el sitio, para ello -y como parte de una primera etapa- serán plantadas varias especies de árboles que harán las funciones de barrera, cubierta y cortina rompevientos.
La restauradora Sandra Cruz señaló que la atención de las manifestaciones grafico-rupestres de El Ocote, sitio que además tiene restos de construcciones que datan del 650 a 900 d.C., forma parte del Subprograma de Atención y Conservación a Sitios Arqueológicos del Norte y Occidente de México, derivado del Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica, que inició el INAH el año pasado.
Para crear la cortina rompevientos, que disminuirá el impacto de las ráfagas hacia la ladera oeste del cerro, donde está distribuido el panel más grande de pinturas (aproximadamente 16 metros cuadrados), serán plantadas especies como el cedro blanco y el eucalipto, que son de rápido crecimiento.
Los especialistas Pablo Torres y Sandra Cruz coincidieron en la importancia de colocar una cubierta vegetal, con una especie de la zona del Altiplano, cercana al sitio de Teotihuacan, en el Estado de México, que evita la acumulación de sales provocada por el arrastre de materiales durante las lluvias.
Este tipo de césped aprovechará los minerales que derivan de este arrastre de materiales, evitando así que migren hacia las rocas donde están las pinturas, pues cabe decir que son las capas de sales las que impiden en mayor medida su visibilidad, detallaron.
La restauradora Sandra Cruz comentó que también se intenta compaginar la protección de las pinturas rupestres con la conservación de las estructuras prehispánicas que están parcialmente expuestas, mientras se reanudan los trabajos de excavación en el sitio por parte de arqueólogos del Centro INAH-Aguascalientes.
Agencia El Universal