Exitosas muestras sobre asesinos en serie y vampiros en el Museo del Policía

La directora del Museo del Policía, Elvira Reynoso, está convencida de que la sangre, la violencia explícita y las figuras míticas de vampiros y licántropos son cultura. Es más, las exposiciones que presentan dioramas en donde se reproducen crímenes como el de una mujer asesinando a sus hijos con tal de que su marido vuelva a casa, han logrado fomentar la lectura en una población que, asegura, no lee.

“Todas las exposiciones (del museo) son culturales. La gente no lee y, por medio de esto, no sabes cómo hemos promovido la cultura”, asegura Elvira Reynoso, con énfasis.

El Museo del Policía, concebido en principio para que los uniformados desarrollen y muestren sus habilidades artísticas y culturales, encontró en esta concepción de la cultura, la fórmula del éxito. A finales del 2006, con el fin de acercar más a la policía con los ciudadanos, la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP-DF) inauguró el Centro Cultural Policial con la exposición Criminología, asesinos en serie y pena de muerte, a cargo de Museo Medieval A.C, compañía que había organizado en el país muestras como Instrumentos de Tortura, Arte Erótico y Brujería.

El centro, antes Museo de la Policía Preventiva de la Ciudad de México, según Alma Delia Franco, quien fuera directora de Promoción Cultural, Social y Deportiva de la dependencia, también difundiría el trabajo de la banda sinfónica de la SSP-DF, además de los grupos Centuriones, Yopata y de la Danzonera Pegaso. Ante el proyecto, los asesinos seriales se impusieron con su rotundo éxito. Largas filas eran la postal de fin de semana en la calle de Victoria del Centro Histórico.

Los asesinos, se dijo, fueron traídos desde Italia, por el empresario Giacomo Cantini. El traslado, montaje, organización y producción, reveló entonces el también curador, fue de un millón de pesos, monto que fue recuperado en tan sólo siete meses, pues en ese periodo tuvo alrededor de 66 mil visitantes.

Asesinos y vampiros

La empresa del italiano, ahora bajo el nombre de Cantini & Terzani A.C, propuso en el 2009 una nueva muestra: Vampiros y Hombres Lobo, Mitos y Realidades, hecha por artistas mexicanos, que fue inaugurada en octubre de ese año y que permanecerá en exhibición hasta abril del 2012. Hasta ahora ha recibido, según cifras de la propia compañía, alrededor de 250 mil personas.

Al año siguiente, decidieron regresar parte de la muestra que exhibía a algunos de los criminales más famosos, incluida Juana Barraza, e inauguraron: Asesinos Seriales, vista por más de 100 mil personas, hasta ahora.

El interés de la compañía fue más allá y propuso una nueva muestra: Mujeres que matan, también creada por artistas mexicanos, que ha corrido con la misma suerte que las otras dos; aunque aún no hay cifras precisas, se estima que ha sida visitada por “muchísimos”.

“Tienen un gran éxito, es una barbaridad. Tan sólo en Semana Santa hubo mucha gente, (siete mil en tres días) esa cifra ya la quisieran muchos museos”, dice la directora. En suma, según Reynoso, se podría calcular que desde el 2008 el museo ha recibido “300 o 500 mil personas”, gracias a las exposiciones con “títulos muy edificantes”.

La directora de exposiciones de la empresa con sede en Italia, Damiana Ruiz, desconoce si la muestra de asesinos ha tenido el mismo éxito en Italia.

Cultura millonaria

En septiembre del año pasado, Reynoso afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL que “tristemente” el Museo del Policía se había dado a conocer por las exposiciones mencionadas. La tristeza se ha ido y, ahora, insiste: “Nosotros queremos promover la cultura y tú sabes que estos temas (de vampiros y asesinos) lo son”.

El mismo propósito posee la directora de exposiciones, Damiana Ruiz: “No se trata de que vengan nada más por el morbo, sino de que aprendan cómo es la formación de una persona y qué lo hace convertirse en un asesino, como lo es el abuso, el abandono y la inestabilidad, que si no son atendidos en la infancia podrían convertirte en un criminal. (La muestra) es una forma diferente de ver la cultura”, dice y agrega: “Para los niños es muy bueno que se adentren en este mundo; a lo mejor tienen muchos temores que les fueron inculcados desde chiquitos y aquí se informan”.

El Museo del Policía es uno de los recintos museísticos públicos con el precio de entrada más costoso de la ciudad de México. El costo de una exposición, es de 65 pesos. Dos, por 110 pesos, y tres 100 pesos. En otros espacios museísticos como el del Templo Mayor, Nacional de Antropología es de 51 pesos o el Nacional de Arte, 33 pesos. Aunque existen recintos de carácter privado como el Papalote Museo del Niño con un costo de 120 pesos, con promoción de dos por uno los lunes.

¿Por qué un recinto público tiene ese costo, sin entrada gratuita dominical? Para Reynoso y Ruiz la explicación es simple: La SSP-DF realizó un “convenio de colaboración” con Cantini & Terzani, que consiste en que el montaje y producción corre a cargo de la empresa, que a su vez le paga a la dependencia un monto por concepto de “especie de alquiler”, derivado de un porcentaje de la taquilla. Sin embargo, la empresa ha trasladado sus oficinas al recinto, pero no aclara si está incluido en dicha colaboración o si por ello paga una renta.

“Los dueños le enseñaron los costos (de producción) a la Secretaría, luego se llegó al acuerdo para poner el precio de los boletos. Para recuperar los gastos tenemos que cobrar, pero la dependencia baja o sube la cantidad, porque pagamos cierto porcentaje por estar aquí”, refiere Ruiz.

¿Es costoso permanecer en este museo?, se le pregunta. “Sí, más que cualquier renta. Tenemos que mantener las instalaciones, cuidar los mp3, los audífonos, las pilas, porque el audio guía viene incluido. Todo lo que se recauda de la entrada, es para volver a hacer nuevas exposiciones”, desglosa.

Por su parte, Reynoso sostiene: “Por un porcentaje de lo que ellos ganan están aquí. Es como un contrato como el que tú firmas cuando vas a rentar un departamento y quedas supeditada a un reglamento. Ellos no pueden hacer aquí lo que quieran, están dentro de las normas que rige la SSP”. El porcentaje, dice, se le entrega a la dependencia, que dispone “qué es lo que se hace con él”.

Respecto al presupuesto que maneja el recinto, Reynoso asegura que no cuenta con un monto fijo; pese a ello, sostiene que han hecho “cosas preciosas a pesar de que no tenemos con qué”. Declina dar información sobre lo recaudado por la renta de salas y del presupuesto que sostiene al espacio en el que laboran alrededor de 30 personas, porque no le gusta “hablar de dinero”.

Este diario solicitó a Comunicación Social del SSP-DF, los términos de la colaboración que tiene con Cantini & Terzani, el monto que ha recibido por las exposiciones y si hay un contrato adicional por la oficina de la empresa, dentro del espacio. Al cierre de la edición, no se obtuvo respuesta.

La programación

La manera de llegar a exponer en el Museo del Policía, es sencilla: “Si tú quieres poner una exposición, vienes, hablas conmigo, presentas la propuesta, yo la comento más arriba y es en donde me dan la autorización. Todo tiene un caminito, aquí no se mueve nada si no se está autorizado”, cuenta Reynoso.

Desde el 2007 se trabaja de esta manera, es decir, no hay muestras que se generen desde el personal del recinto y la única que, al parecer, ha seguido el caminito, es Cantini & Terzani. “No se dan exposiciones de manera constante, todo implica un gasto, una inversión. Y se habla de temas muy específicos, tú sabes que al mexicano lo que lo mueve es el morbo, desgraciadamente eso es lo que ha movido”, revela.

Así, el Museo del Policía, no ha podido generar una muestra propia desde hace cuatro años, pero festeja el éxito ajeno y lo prolongará hasta abril del 2012, todo por “apoyo a la cultura”.