México, D.F.- México sobresale en el plano internacional por ser pionero en el fortalecimiento de las capacidades humanas para el estudio de los mamíferos marinos y la formación de nuevos profesionales en la conservación de los mismos, así como en la expedición de reglamentos de protección de diversas especies.
La NOM-059-SEMARNAT-2010, que identifica las especies en riesgo, incluye 44 mamíferos marinos, de los cuales 37 pertenecen al orden cetácea, seis al carnívora y uno al sirenia. De estos, 84.1 por ciento (37) están sujetos a pro-tección especial, 2.3 (1) son especies amenazadas y 11.4 por ciento (5) están en peligro de extinción.
Asimismo, la Semarnat, en el marco del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (Procer), ha elaborado los planes de acción para la vaquita, el manatí y las ballenas jorobada y azul.
Con el conjunto de políticas de protección, México ha desempeñado un papel importante en la recuperación de especies que estuvieron al borde de la extinción. Además se debe resaltar la protección que se le brinda en aguas mexicanas a las poblaciones de las ballenas gris y jorobada, con 20 mil individuos, y la azul, con más de tres mil ejemplares en el Pacífico noroeste, informó por medio de un comunicado la SEMARNAT.
Nuestro país cuenta con antecedentes en materia de preservación desde 1979, al fundarse una de las primeras sociedades del mundo dedicada a mamíferos marinos, la cual adoptó en 2000 el nombre de Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (Somemma).
Más tarde, en 2008, el Instituto Nacional de Ecología (INE) creó la Coordinación de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos, con sede en Ensenada, Baja California, para aportar el sustento científico en la toma de decisiones sobre manejo y conservación de cetáceos y pinnípedos.
Actualmente se suman las labores de conservación de los ecosistemas que desempeña la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas que, junto con el INE, trabaja de manera coordinada con universidades y centros de investigación.
La historia sobre el cuidado de estas especies en el país data de hace casi un siglo, cuando el presidente Álvaro Obregón expidió un decreto para prohibir la cacería de mamíferos marinos en aguas mexicanas. Desde entonces se crearon un conjunto medidas de protección de esas especies y sus hábitats, lo que ha permitido mantener o recuperar las poblaciones de varias de ellas.
Gracias al extenso litoral mexicano –11 mil 122 kilómetros– con gran variedad de ambientes costeros, en aguas nacionales habitan mamíferos marinos migratorios y endémicos, como la vaquita; ocho de las 13 familias de cetáceos (ballenas, delfi¬nes y marsopas) existentes, que abarcan 39 de las 78 especies conocidas; una de sirenios, el manatí del Caribe; tres focas; dos otariidae: el lobo marino de California y el lobo fino de Guadalupe, y un mustelidae, la nutria marina.