Mary Blair, la primera princesa Disney, pinta un doodle
El buscador celebra el que sería el 100 cumpleaños de la célebre artista americana.
Mary Blair fue el corazón de Walt Disney durante los años 50 y hoy, 21 de octubre, Google celebra el que sería su 100 cumpleaños. El doodle, protagonizado por una niña que recuerda a Alicia, uno de sus personajes, combina el estilo y los colores que enamoraron a la gran fábrica de sueños. Pero, ¿qué ha hecho Mary Blair para merecer un doodle? Pues aunque nunca antes hayan oído su nombre, la artista insufló el alma a ‘Cenicienta’, ‘Peter Pan’ y ‘Alicia en el País de las Maravillas’, entre otras.
Nacida en Oklahoma, Estados Unidos, Mary Blair es una de las más célebres artistas americanas de su generación que enamoró con una obra colorista repleta de modernidad. Su estilo vive en la mesa de la merienda de aquel famoso «Feliz no cumpleaños» del País de las Maravillas, en el barco pirata de Nunca Jamás, en el duelo final con Garfio y en la calabaza mágica que convirtió a Cenicienta en una bella princesa. Los diseños de Mary Blair también sirvieron para ilustrar numerosos libros infantiles en la década de los 50. Disney concedió a Mary Blair su máximo galardón, el ‘Disney Legend’, en 1991.
Tras su paso por la gran casa de Mickey, las empresas norteamericanas solicitaban diseños de Mary Blair para sus campañas publicitarias. Así, Nabisco, Pepsodent, Maxwell House, Beatrice Food y, por supuesto, creó el famoso ‘Small World’, que nació como un parque de atracciones patrocinado por Pepsi-Cola para recudar beneficios para Unicef. Gustó tanto en Disney que, hoy día, los parques de atracciones de Tokyo, Paris y Hong Kong tienen una réplica del Small World de Mary Blair.
Mary Blair murió de una hemorrogia cerebral en 1978. Según cuenta la leyenda, Walt Disney ordenó que congelaran su cuerpo y que le despertaran cuando la ciencia pudiera asegurarle una nueva vida. Google, con el doodle de hoy, saca del olvido a Mary Blair para recordar su trabajo, su facilidad para crear sueños, sus personajes fantásticos y para, al fin, darle su sitio en la eternidad. Sin cámaras frigoríficas.