México, D.F.- Teñidas de múltiples colores, ambientadas por el olor que despiden los sahumerios y el cempasúchil, y acompañadas por apetecibles alimentos que fueron del gusto de los seres que se han “adelantado en el camino”, las ofrendas tradicionales del Día de Muertos visten desde este fin de semana los museos del INAH; destacan dos instaladas en el Nacional de Antropología, una dedicada a la memoria de tres Carlos: Monsiváis, Montemayor y Lenkerorsdf, y la otra a la comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán, Puebla.
México sin C es el título de la ofrenda-homenaje dedicada a estos tres personajes relevantes de la historia de México que murieron el año pasado. Este altar, instalado en el sótano del Museo Nacional de Antropología, está compuesto de tres niveles y flanqueado con las fotografías en gran formato de cada uno de ellos, así como algunos fragmentos de sus textos más destacados.
Mediante este altar, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) recuerda la labor de estos tres investigadores dedicados al estudio y rescate del devenir de México. Carlos Monsiváis (1938-2010) formaba parte del cuerpo de especialistas de la Dirección del Estudios Históricos del INAH, considerado “el padre de la crónica moderna”; Carlos Montemayor (1947-2010) fue uno de los principales estudiosos dedicados al rescate y conservación de las lenguas indígenas en el país; y el lingüista alemán Carlos Lenkersdorf (1926-2010), quien se especializó en lenguas mayenses y realizó el primer estudio del maya clásico.
En el primer nivel de la ofrenda están colocadas flores de cempasúchil, que representan el camino al inframundo; en el segundo se disponen alimentos, bebidas, velas y frutas, y finalmente en el tercero se muestra una cruz de madera, y detrás una pantalla con la proyección del Disco de la muerte (pieza teotihuacana). Asimismo, está decorada con papel picado en colores negro y naranja, además de una Catrina de cartón.
Otra de las ofrendas montadas en el Museo Nacional de Antropología (MNA) —Reforma y Gandhi— es la que rinde homenaje a la comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán, Puebla, consistente en la instalación en tamaño real de una vivienda tradicional, y de un altar de muertos característico de esta localidad indígena, la única en México dedicada a la elaboración de papel amate.
“El altar está ubicado en el Patio Central, y consiste en una mesa coronada con un arco de flores de cempasúchil y mano de león, en la que se disponen alimentos, bebidas, frutos, agua bendita, sal y decenas de velas colocadas sobre un tronco de plátano. Además de imágenes religiosas como las de San Pablo, Santiago Apóstol y la Virgen de Guadalupe.
“Entre los alimentos que se colocan están el mole y cinco tipos de tamales elaborados con maíz de la cosecha más reciente, así como atole de amaranto, chocolate, bebidas fermentadas frutales y pulque, éstas últimas para los difuntos adultos, y para los niños se disponen calabaza con miel, tamales de legumbre y de cacahuate”, explicó Arturo Gómez Martínez, responsable de la ofrenda y curador de la Sala Otopame del MNA.
El montaje de este altar se hizo con la participación de 70 indígenas provenientes de esa comunidad otomí, quienes se encargaron de la preparación de los alimentos, así como de dos grupos de música tradicional y rezanderos que oraron en lengua otomí para “invitar a los difuntos a degustar de los platillos ofrecidos”.
Ambos altares permanecerán en exhibición en el MNA hasta el primer fin de semana de noviembre. También se realizan talleres de elaboración de catrinas de cartón, calaveras de cerámica, tarjetas en tercera dimensión con elementos prehispánicos; además de recorridos guiados por el museo, bajo el tema Ritos funerarios, que incluyen la visita a las salas Introducción a la Antropología, Preclásico, Mexica, Maya y Oaxaca, así como las etnográficas.
Por su parte, el Museo Nacional de las Intervenciones (MNI) instaló un altar dedicado a Gastón García Cantú (1917-2004), periodista e historiador, quien de 1976 a 1982 fue director general del INAH, gestión durante la cual se inauguró el MNI, recinto que recientemente celebró su 30 aniversario.
El intelectual era originario de Puebla, por ello, la ofrenda tiene motivos de esa región: es de tres niveles decorados con papel picado blanco, con diseños en color dorado y morado, sobre los que se distribuyen alimentos, bebidas y dulces típicos poblanos, objetos e imágenes que recuerdan al historiador, además de cemitas, copal, cirios, flores blancas y de cempasúchil.
Este altar de muertos permanecerá montado hasta el próximo miércoles 2 de noviembre en el Portal de Peregrinos del museo, ubicado en el Ex Convento de Churubusco (20 de Agosto S/N y General Anaya).
A su vez, el Museo del Carmen se suma también a esta tradición con un altar montado en memoria de Federico Gamboa (1864-1939), periodista, novelista y dramaturgo, considerado el principal exponente de la literatura naturalista —estilo que reproduce la realidad de manera objetiva— en México, cuyo ejemplo más representativo es su novela Santa.
Se trata de una ofrenda tradicional, que el público podrá admirar desde este fin de semana y hasta el 6 de noviembre, conformada por velas, imágenes religiosas, flores, incienso y papel picado que acompañan diversas fotografías de Gamboa, además de algunos carteles originales de la película que se rodó a partir de su obra. Incluye tapetes de arena y aserrín que marcan el camino hacia el Mictlan.
Este altar fue colocado en la Casa de Acueducto del Museo de El Carmen (Av. Revolución), recinto que también forma parte de las sedes del Programa de Actividades de Día de Muertos en San Ángel, a través del cual se harán recorridos a pie por los altares de restaurantes, plazas comerciales y museos de este barrio tradicional de la Ciudad de México.
Por otro lado, en el Estado de México, el Museo Nacional del Virreinato (MNI) presenta un altar de muertos dedicado a la Compañía de Jesús de Tepotzotlán, que permanecerá durante todo noviembre.
Es una ofrenda compuesta por flores, incienso e imágenes de jóvenes que durante la época novohispana recibían la más esmerada educación y formación espiritual, y que con el tiempo serían reconocidos como grandes teólogos, historiadores, astrónomos, matemáticos y filósofos. En este espacio hicieron su noviciado jesuitas como Francisco Javier Alegre, Francisco Javier Clavijero, Andrés Cavo, Diego José Abad, José Rafael Campoy, Agustín Pablo Castro, Rafael Landívar y Juan Luis Maneiro, por mencionar algunos.
Otra de las actividades que desarrollará el MNV es la representación teatral Calacas y calaquitas, obra de la compañía Tata Teatro; es una mezcla de danza y música que busca conservar la tradición mexicana del culto a los muertos. Función domingo 6 de noviembre a las 14:00 horas, en la Huerta Histórica, entrada libre, cupo limitado.
Los museos Casa de Carranza, y del Templo Mayor (MTM) también presentan altares con elementos tradicionales, uno dedicado a Francisco I. Madero, y el otro versa sobre tres temas: la época prehispánica, la colonial y la etnografía de Oaxaca, respectivamente. Dichas ofrendas podrán visitarse durante la primera semana de noviembre.
Además en el MTM, este sábado 29 de octubre a partir de las 10:00 de la mañana se desarrollará el programa de actividades De muertos y otras cosas…, con conferencias, un ciclo de cine y presentaciones musicales. Entrada libre, cupo limitado.
Finalmente, en la Galería de Historia “Museo del Caracol” (rampa de acceso al Castillo de Chapultepec) se presenta la exposición temporal Viaja por el Caracol en el tren de la historia, que muestra 41 maquetas elaboradas por artesanos en hoja de maíz, vidrio, caramelo, barro, papel y cartón, que aluden a algunos de los episodios más importantes de la historia de México, cuyos personajes históricos son representados con figuras en forma de calavera.