México, D.F.- En preparación de la fecha simbólica del cambio de era, que según el calendario de cuenta larga de la cultura maya se verificará en diciembre próximo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) realizará trabajos de conservación y consolidación de antiguos monumentos y relieves prehispánicos de la Zona Arqueológica de Toniná, en Chiapas, entre los que destaca el llamado De las Cuatro Eras, que alude a la transición y regeneración del cosmos cada 5,200 años.
De acuerdo con el arqueólogo Juan Yadeun, responsable del sitio prehispánico, los trabajos iniciarán a principios de abril e incluirán limpieza y mantenimiento de la cancha del juego de pelota y de los 13 templos que hay en el lugar, con miras a la realización de actividades, para diciembre próximo, que recuerden la manera en la que esta antigua civilización conmemoraba el final de un periodo y garantizar que el ciclo venidero fuera próspero.
Se trata de acciones con las que se dará continuidad a las labores de restauración que se desarrollan desde finales de 2010, e incluirá la realización de medidas de conservación de los seis relieves de los 21 que están expuestos a la mirada de los visitantes, entre los que sobresale el conocido comúnmente como Mural de las cuatro eras, que fue elaborado con estuco y representa la antigua cosmogonía de los mayas, sobre la existencia de cuatro eras o creaciones sucesivas del mundo, cuyo cuarto ciclo comenzaría el 21 de diciembre de 2012.
“Durante 2010 y 2011 se aplicaron resanes en las escaleras y esquinas de los templos 1 y 2, los más grandes e importantes de Toniná, desde los cuáles —en tiempos prehispánicos— los gobernantes mayas de este sitio ejercían el poder, realizaban ceremonias relacionadas con la agricultura y recibían los tributos”, explicó el arqueólogo del INAH.
“El Templo 1 (de 18 m de altura), añadió, también es el más antiguo de Toniná, data de 500 d.C. En tanto que el Templo 2 (de 22 metros), fue construido alrededor de 200 años después, cuando el poder maya empezó a desconcentrarse de un sólo gobernante a varios señores o sacerdotes; éste se terminará de restaurar en el segundo semestre del año, con la intención de abrirlo al público en septiembre próximo, después de haber sido cerrado desde finales de 2010”, indicó Juan Yadeun.
Otro de los monumentos en los que el año anterior se realizaron labores de restauración, es la cancha del juego de pelota, que luego de resanar algunos peldaños de la escalinata sur, este 2012 recibirá mantenimiento y limpieza. “Consta de 70 metros de largo y 30 de ancho, fue construida alrededor del año 500 después de Cristo y se utilizó hasta 890, lapso durante el cual tuvo un uso ritual.
“Primero, de 500 a 695 d.C., la cancha sirvió para representar el movimiento de las estrellas y la lucha entre los señores de la oscuridad y de la luz del cielo o ‘Gemelos Preciosos’ (Hunahpú e Ixbalanqué) quienes, según el libro sagrado de los mayas Popol Vuh, fueron los creadores del universo y destruyeron a los señores del inframundo.
“Durante la segunda etapa constructiva de la cancha, alrededor de 695 d. C., ésta se uso para representar las batallas y victorias obtenidas por Toniná sobre sus enemigos, entre ellos el señorío de Palenque, con el cual mantuvo una guerra de 26 años (688 a 714 d.C.) por el control de las rutas del comercio regional maya y del río Usumacinta”, explicó Juan Yadeun, investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.
Las labores de conservación de la Zona Arqueológica de Toniná también incluirá el seguimiento de la atención de seis de los 21 relieves expuestos al público en el sitio, a través del Proyecto de Conservación y Restauración de la Pintura Mural y Relieves de Estuco de Toniná, a cargo de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.
Al respecto, la restauradora Mónica Vargas comentó que los trabajos ya realizados se centraron en la rehabilitación y cambio de techumbres de los relieves El trono de agua y en el Mural de los cautivos; así como limpieza y conservación de los llamados Manos Sagradas, Los Danzantes y Mural de las cuatro eras, este ultimo es una especie de códice de estuco, que mide 8 m de ancho por 4 m de altura, y fue creado hace diez siglos aproximadamente.
A dichas obras, dijo, se les realizaron procesos de consolidación estructural a base de la inyección de lechada de cal, se fijó la capa pictórica y además se hicieron resanes para evitar desprendimiento y pérdida del estuco. Este año los expertos se dedicarán a continuar con los trabajos de conservación y restauración del resto de los relieves del sitio.
Del conjunto de relieves de Toniná, destaca el De las cuatro eras, porque en él está representada la antigua cosmogonía de los mayas, misma que, junto con las referencias del Códice Borgia, establece la existencia de cuatro eras o creaciones sucesivas del mundo, las dos primeras estuvieron dedicadas al Sol y la Serpiente Bicéfala, la tercera (la actual) a los hombres, y la cuarta sería de las Cuatro Lunas, la cual según el calendario largo de los mayas, iniciaría en diciembre de 2012.
El arqueólogo Juan Yadeun explicó que cada una de estas eras se conforma por 13 amarres (o b´aktunoob´) de 400 años cada uno (con 360 días por año), que en conjunto suman 5,200 años en el calendario maya, lo que equivale a 5,125 años del gregoriano.
“La era que se vive ahora comenzó el 11 de agosto de 3114 a. C. —según se refiere en el Códice Dresde, la Estela C de Quiriguá, Guatemala, y en el Tablero del Templo de la Cruz de Palenque, Chiapas—, y a partir de ella se hizo la cuenta de los años hacía el pasado y el futuro, por lo que marca el comienzo de una nueva cuenta de 5,125 años que terminará el 21 de diciembre de 2012.
“Hoy nos encontramos —añadió— en la tercera era, y para el 21 de diciembre próximo se iniciaría la cuarta, es decir, acabaría el ciclo vigente de cuenta larga; de ninguna forma los mayas sugirieron el fin del mundo, sino el término de un periodo y la transición al siguiente”.
Cabe mencionar que los mayas tenían distintos ciclos calendáricos que cumplían propósitos específicos, entre ellos el calendario ritual o tzolk´in (260 días), el astronómico, solar o secular también llamado haab´ de 365 días y el de cuenta larga o tziikhaab (5,200 años con 360 días cada uno) que determinaba la regeneración del cosmos.
“Los mayas hacían ceremonias para festejar los finales de cada periodo, pues deseaban garantizar a través de rituales que el ciclo venidero fuera próspero, por lo que consideramos oportunas las labores de mantenimiento al sitio para mejorarlo visual y cualitativamente ante las celebraciones del cambio de era que prevén para diciembre, tal como creemos que lo hubieran hecho nuestros antepasados”, concluyó el arqueólogo Juan Yadeun.