México, D.F- Con la reciente intervención del retablo dedicado a la Virgen de la Inmaculada, se ha avanzado en 70 por ciento la restauración de cinco de este tipo de obras del siglo XVIII, pertenecientes a la Iglesia de San Roque, mejor conocida como San Francisquito, en la ciudad de Campeche, mismos que constituyen el único conjunto retablístico de la época colonial en esa entidad.
Durante el Virreinato, los ataques piratas, con su secuela de destrucción y saqueo, provocaron que buena parte del patrimonio religioso mueble e inmueble, de lo que hoy es Campeche, se perdiera, comentó la restauradora Leticia Jiménez Hernández, responsable de varios de los proyectos de rescate de arte sacro, emprendidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en ese estado.
Esta particularidad en su historia —añadió la especialista— hace de los bienes sacros coloniales de Campeche, casos excepcionales. Ejemplo de ello son los cinco retablos barrocos de la Iglesia de San Francisquito, que desde 2005 han sido atendidos en su problemática, y de los cuales tres ya fueron restaurados de manera integral, así como el de la Inmaculada, cuya segunda temporada de trabajo acaba de concluir hace unas semanas.
Dichas labores son posibles mediante la coordinación que en los últimos años ha consolidado el Centro INAH-Campeche, con el Consejo Estatal para la Defensa, Conservación y Promoción del Patrimonio Histórico, de esa entidad.
Bajo dicho esquema, el INAH participa con la asesoría y coordinación del proyecto, mientras la asociación civil —con apoyo del Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (Foremoba)— cubre los recursos humanos y materiales para realizar la intervención.
De acuerdo con la restauradora Leticia Jiménez, la estructura de los cinco retablos de la Iglesia de San Francisquito se encuentra estable, y el principal deterioro radica en capas pictóricas que fueron sobrepuestas a la original al temple; algunos de dichos repintes le fueron aplicados en el siglo XX, y por su mala calidad demeritaron la obra y alteraron la información histórica y tecnológica (técnica de manufactura) de la misma.
“Los retablos de la Iglesia de San Roque representan ‘la joya’ de Campeche, porque conforman el único conjunto de estas obras que se conserva en el estado, de ahí el interés en su restauración y en la necesidad de contar con recursos humanos y económicos para su rescate.
“Estos retablos datan del siglo XVIII, lo cual es interesante porque hubo un desfase entre las corrientes artísticas en boga en la capital de la Nueva España, y las presentes en la provincia de Yucatán, a la que pertenecía Campeche. Asimismo, la estructura de los retablos campechanos es más sencilla; mientras éstos prácticamente están sujetos al muro, porque sólo están separados por 3 o 4 centímetros de la pared, los del centro del país están totalmente apartados del muro”, explicó.
Al interior de la iglesia se conserva el retablo lateral dedicado a la Virgen de la Inmaculada, el cual es de madera con soportes salomónicos y decoración estilo barroco con motivos fitomorfos (que representan plantas). La intervención de esta obra —de 6 metros de altura por 4 de ancho—, estuvo a cargo de personal auxiliar, supervisado por la restauradora Luisa Zepeda.
Durante la primera temporada, se procedió a retirarle al retablo los repintes y a estabilizar los elementos desprendidos, principalmente del segundo cuerpo. Y en la segunda etapa, que finalizó hace un par de semanas, se continuó con estas mismas labores, en la sección del remate y en partes de las columnas centrales y en un alerón (elemento de la parte trasera).
Posteriormente, abundó Leticia Jiménez, se reintegró el color rojo original en pequeñas zonas de resane; en términos generales, ahora resalta la decoración original (lámina de oro y policromía roja) luego de que se quitaron los repintes que cubrían la superficie. Con esto, el avance en la atención del retablo de la Virgen de la Inmaculada es de 50 por ciento. En la tercera etapa se proseguirá con la eliminación de repintes y la restauración de zonas específicas.
Hasta el momento, los retablos de la Iglesia de San Francisquito que han sido restaurados en su totalidad son los dedicados a la Virgen de la Candelaria (el principal, aunque la advocación es San Roque), al Nazareno y a la Dolorosa (laterales). Falta por intervenir el Retablo de San Antonio.
Para la restauradora Leticia Jiménez, la conservación del patrimonio sacro de Campeche ha partido en buena medida del interés de las propias comunidades, entre ellas las de Hecelchakán, Sihochac y Tepakán. En fechas recientes, fueron entregadas dos esculturas policromadas que representan advocaciones marianas: la Dolorosa y la Purísima Concepción, a Sihochac, en el municipio de Champotón.
A finales de mayo, la sección de Restauración del Centro INAH-Campeche también colaborará en la intervención de otra obra singular, un retablo del siglo XVIII, de mampostería estucada. Este retablo pertenece a la Iglesia de San Bartolomé, en Tepakán, municipio de Calkiní; es el único de este material que se conserva en Campeche, y probablemente, en toda la Península de Yucatán.