La Ciudad de México conserva como apreciado patrimonio el legado artístico de uno de los más grandes pintores de este país: José Clemente Orozco, referencia obligada del arte plástico nacional y uno de los artífices del muralismo mexicano, de repercusiones y admiración mundiales.
Ciertamente es el Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara, capital de su natal Jalisco, el espacio que resguarda la mayor parte de su obra. Tan solo en la Capilla Mayor, 57 frescos realizados por el artista decoran el lugar, radiantes de vitalidad, color y carga ideológica. Un ejemplo es El hombre en llamas, que viste la cúpula de la bóveda del hospicio.
En la capital del país, el Antiguo Colegio de San Ildefonso cuenta con parte del legado pictórico de Orozco. El recinto conserva una serie de 22 murales sobre la pared norte, en los tres pisos que dan al Patio Grande y en el cubo de la escalera del edificio.
En la bóveda y muros del coro de la iglesia que fue parte del primer hospital creado en América por Hernán Cortés (Pino Suarez y República del Salvador), el artista plasmó escenas de la Conquista y una versión moderna de El Apocalipsis.
En el mero Centro Histórico de la ciudad, en el conocido Sanborn’s de Los Azulejos, se encuentra su mural titulado Omnisciencia (1925). Por su parte, la Suprema Corte de Justicia presume de tener un conjunto de tres murales realizados por el maestro jalisciense: Luchas Proletarias, La Justicia y Riquezas Nacionales.
Katharsis es una obra clave en el trabajo de Orozco, pieza que despierta la admiración de decenas de visitantes en el Palacio de Bellas Artes. Mientras que en el Castillo de Chapultepec, sede del Museo Nacional de Historia, se ubica Juárez, el clero y los imperialistas, pieza en que la figura del Benemérito de las Américas domina la escena, imponiéndose sobre la traición de quienes se sometieron al dominio extranjero durante la invasión francesa y el régimen de Maximiliano.
Otros recintos que resguardan el parte del arte de Orozco son el Museo Carrillo Gil, con varias pinturas del artista en su acervo. Procedentes de la colección Blaisten, en el CCU Tlatelolco se encuentran piezas como El guerrero sentado o Las mujeres bailando, la ronda. Mientras que la Benemérita Escuela Nacional de Maestros tiene bajo resguardo en su anfiteatro la pieza titulada Alegoría Nacional. Y por su parte el Museo de Arte Moderno, en Chapultepec, cuenta en su colección permanente con el cuadro Museo de arte Moderno Soldadoras.
José Clemente Orozco pertenece a la generación de pintores modernos del siglo pasado en México, quien en su búsqueda por expresar y exaltar la identidad nacional creó una obra plástica colmada de vida, recargada de historia y de relatos que alcanzan y tocan al espectador. En su arte yace la severa crítica del creador sobre temas de la política, la economía y la injusticia social que se vivía en el México de la Revolución.