Cuenta la leyenda que en el lago Ness, en Escocia, habita una criatura conocida popularmente como «Nessie». Las periodistas de la BBC Chloe Hadjimatheou y Vanessa Barford investigan por qué este mítico monstruo genera tanta fascinación.
El científico Adrian Shine lleva cuatro décadas estudiando lo que ocurre en el lago. Lo ha patrullado de día y de noche, ha tomado innumerables fotos y ha utilizado los últimos avances tecnológicos para tratar de descubrir el misterio detrás del monstruo del Lago Ness.
Hace 25 años, Shine lideró lo que en su momento fue la búsqueda más extensa: una exploración que costó más de un millón y medio de dólares y se llamó Operación Deepscan.
Para este proyecto -que en total duró una semana- una flotilla de 24 barcos equipados con sonares de alta tecnología rastreó durante dos días el lago de 227 metros de profundidad y 36 kilómetros de largo ubicado en las tierras altas de Escocia (Highlands).
Sin embargo, aunque Shine haya recorrido distancias inusuales en su búsqueda del monstruo del Lago Ness, él no es el único que ha caído en su hechizo.
Willie Cameron, experto en el mercado del turismo en las Highlands, asegura que cerca de un millón de personas visitan el lago Ness y sus alrededores cada año, aportando a la economía unos US$40 millones.
Según él, más del 85% de los turistas se sienten atraídos por el fenómeno del monstruo del Lago Ness.
«El Lago Ness se ha convertido -sin quererlo- en una marca tan grande como Elvis Presley, Madonna o Coca-Cola», dice.
Pero, ¿en qué momento Nessie ganó su estatus de mito y cuál es la fascinación con su búsqueda?
Jonathan Downes, director de la fundación Centre for Fortean Zoology, asegura que la leyenda del monstruo data del siglo VI. Sin embargo, no fue hasta la década de 1930 cuando realmente comenzó su popularidad.
Desde entonces ha habido una oleada de avistamientos y más de un millar de personas aseguran haber visto a la criatura del Lago Ness.
La mayoría de las descripciones se alienan en dos teorías: una que habla de una serpiente marina y la otra que asegura que se trata de un plesiosaurio (un dinosaurio marino de cuello largo, perteneciente al período jurásico temprano).
«A la gente le gusta imaginarlo como un reptil prehistórico y gigante que vive en el lago, pero eso no es posible, es una tontería», dice Downes.
«Sin embargo, es una idea encantadora. Creo que para la gente, la idea de un monstruo en el siglo XXI -un sobreviviente prehistórico- es irresistiblemente romántica».
Downes dice que lo extraño del monstruo del Lago Ness es que, aunque se trata de «la criatura misteriosa más emblemática», en realidad es la que cuenta con menos evidencia para probar su existencia.
Las llamadas pruebas materiales han resultado ser falsas alarmas, explica.
«Las supuestas huellas fueron hechas en realidad por un hipopótamo o un elefante de peluche y el ‘cuerpo de monstruo’ que fue arrastrado en 1972 resultó ser un elefante marino muerto», señala el experto.
Casi toda la leyenda relacionada con la criatura del Lago Ness proviene de historias y visiones. Y Shine sabe por experiencia de primera mano lo poco confiables que pueden ser.
Poco después de su llegada al Lago Ness en la década de 1970, Shine estaba remando en un lago cercano -llamado Morar- que también tiene su propia historia de avistamientos de monstruos, con la esperanza de encontrar algo.
«De repente, allí estaba: el perfil clásico con una joroba grande. Segundos después vi una cabeza medio sumergida que parecía estar en movimiento».
Entusiasmado, Shine comenzó a tomar fotos hasta que pronto se dio cuenta de que sólo se trataba de una roca con forma extraña que sobresalía del agua.
«Fue entonces cuando me di cuenta de que si no podía confiar en mis propios ojos, no necesariamente debía confiar en los de los demás».
Shine explica que es difícil adivinar cuán honestos son los testimonios de los testigos presenciales del monstruo del Lago Ness.
De acuerdo a Willie Cameron, muchos lugareños aseguran que hay algo escondido en el lago.
«Sé de cuatro personas que creen sinceramente haber visto a una criatura, pero no quisieron hablar de ello en público por miedo al ridículo».
«Mi difunto padre vio algo inexplicable el 15 de junio de 1965. Otras nueve personas lo vieron al mismo tiempo. Tenía una fuente de energía, porque se movía contra el viento. Describirlo, me dijo mi padre, sería como intentar describirle un tomate a un ciego».
La Operación Deepscan registró tres grandes e inexplicables «contactos». En los escáneres aparecieron como marcas con forma de media luna. Sin embargo, algunas personas consideraron que eran demasiado grandes y profundas como para pertenecer a cualquier criatura.
Las múltiples teorías aseguran que el monstruo es el último de los reptiles jurásicos que sobrevivió: un plesiosaurio.
Algunos creen que Nessie es un esturión del Atlántico, que puede superar los 3,6 metros de largo.
Otros consideran la posibilidad de que sea una foca, una anguila muy grande, o incluso un elefante.
Los primeros avistamiento del monstruo ocurrieron en el siglo VI.
El interés actual comenzó con avistamientos reportados en 1933.
Sin embargo, otros dicen que los «contactos» podrían haber sido realizados por una foca o un grupo de salmones.
Un misterioPero Shine -que ahora dirige el Proyecto Lago Ness y Morar y todavía tiene la esperanza de averiguar qué hay detrás del misterio- dice que la belleza del mito del monstruo es que nadie puede refutarlo.
Aunque él no cree que el residente más famoso y solitario de Escocia sea un dinosaurio, tiene la teoría de que es una «criatura jurásica».
«Creo que podría tratarse de un esturión del Atlántico», dice con una sonrisa maliciosa.
Conocidos por superar los más de cuatro metros de largo, estos peces que tienen placas de escamas a lo largo de sus espalda y una cara larga con colmillos puntiagudos colgando de sus mandíbulas, no son autóctonos de Escocia.
Sin embargo, podrían haber llegado al Lago Ness en busca de nuevos lugares de cría.
«Podría fácilmente haber nadado hasta el lago y -después de ser visto- haber regresado sin dejar más rastro que un enigma», asegura Shine.
Las diversas teorías, por supuesto, son parte del atractivo de la leyenda de Nessie.
Downes dice que la única teoría que tiene sentido para él es la de un «gen de gigantismo» que podría haber provocado que una anguila fuese más grande de lo normal.
Y Cameron, por su parte, dice que los avistamientos podrían deberse al paso de otras criaturas: un gran invertebrado nocturno, una foca, un tiburón o delfín de gran tamaño proveniente del mar.
Pero aunque se lograra probar la teoría del esturión, concluye Shine, no se disiparía el misterio de Nessie.
«Si la operación Deepscan ha demostrado algo es que la ciencia no puede matar a una leyenda», dice.
Cameron está de acuerdo: «La fascinación por el monstruo del Lago Ness es ahora parte de la psique pública. Todo el mundo ama el misterio».