“Si yo dejase hablar a mis sentimientos únicamente, estas palabras serían una larga, interminable, frase de gratitud”, expresó el poeta Octavio Paz Lozano (Ciudad de México, 31 de marzo, 1914- 19 de abril, 1999), al iniciar su discurso en la recepción del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 1981.
En esta fecha se conmemoran 32 años de que el poeta fue el primer mexicano en recibir el Premio de Literatura en Lengua Castellana otorgado por el Ministerio de Cultura de España a propuesta del pleno de la Real Academia Española, las Academias de la Lengua de los países de habla hispana y los ganadores en ediciones anteriores.
En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, el autor de ensayos como El laberinto de la soledad, Las peras del olmo o El signo y el garabato, dijo ser apenas un episodio en la historia de la literatura, la transitoria y fortuita encarnación de un momento de la lengua española. “El Premio Cervantes, al escoger a éste o aquel escritor de nuestro idioma, sin distinción de nacionalidad, afirma cada año la realidad de nuestra literatura. ¿Y qué es una literatura? No es una colección de autores y de libros, sino una sociedad de obras”.
Octavio Paz expuso aquel año que la obra literaria nace de la conjunción del autor y el lector; por ello la literatura es una sociedad dentro de la sociedad: una comunidad de obras que, simultáneamente, crean un público de lectores y son recreadas por esos lectores.
El Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes comenzó a otorgarse en 1975. Cualquier escritor cuya obra literaria esté escrita, totalmente o en su parte esencial, en español puede ser propuesto.
Desde su primera entrega, concedida a Jorge Guillén, este reconocimiento ha sido otorgado, a escritores como Rafael Alberti (1983), María Zambrano (1988), Camilo José Cela (1995), Francisco Umbral (2000), Juan Marsé (2008) así como a los mexicanos Carlos Fuentes (1987), Sergio Pitol (2005) y José Emilio Pacheco (2009).
El autor de Salamandra, quien falleció en 1998, fue el séptimo escritor en lengua castellana en recibir el Premio Cervantes, que en sus palabras, recuerda que la lengua que hablamos es una realidad no menos decisiva que las ideas que profesamos o que el oficio que ejercemos. “Decir lengua es decir civilización: comunidad de valores, símbolos, usos, creencias, visiones, preguntas sobre el pasado, el presente, el porvenir”.
El premio que se entrega de manera anual cada 23 de abril, fecha en que se conmemora la muerte de los escritores en lengua castellana Miguel de Cervantes Saavedra, e inglesa, William Shakespeare, actualmente marco para la celebración del Día Mundial del Libro, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1995; fue uno de los más significativos que el autor de Blanco obtuvo en reconocimiento a su vasta obra, entre los que también se cuentan el Xavier Villaurrutia, Premio Internacional Alfonso Reyes y el Premio Nobel de Literatura, en 1990.
Durante su discurso de recepción del Premio Cervantes, Paz habló de la civilización y la libertad. Comentó que la palabra liberal apareció temprano en nuestra literatura. No como una idea o una filosofía, sino como un temple y una disposición del ánimo; pues más que una ideología, era una virtud.
El connotado literato fue miembro del Colegio Nacional. A lo largo de su trayectoria recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Harvard (1980), los premios Jerusalem (1977), Internacional de Neustadt (1982), Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1993), Nacional de Periodismo (1998), este último en reconocimiento por sus aportaciones a la vida cultural de México.
La obra poética de Paz está compuesta por los títulos Luna Silvestre, Entre la piedra y la flor, Libertad bajo palabra, dentro de éste se encuentran Águila o Sol y Piedra de Sol; La Centena, Vuelta, Poemas, Ladera este, Topoemas, y Árbol de adentro. En ensayo destacan El arco y la lira, El mono gramático, Los hijos del limo, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, Tiempo nublado y Hombres de su siglo.