“Cuando la vi por primera vez me quedé perplejo por más de 15 minutos, me transporté 500 años atrás al momento en que los mexicas esculpían con gran maestría cada detalle de la piedra, que luego colocarían a los pies del Templo de Huitzilopochtli. Estoy seguro que Coyolxauhqui nos encontró a nosotros, salió cuando quiso e hizo lo que quiso”.
Comentó Raúl Martín Arana Álvarez, con una emoción y brillo en los ojos como si volviera a vivir ese 23 de febrero de 1978, dos días después del hallazgo de dicha escultura monolítica. “Considero ese momento como algo especial en mi carrera por todo lo que trajo consigo, por la manera como conmocionó a la ciudad, el ir y venir de los curiosos, políticos, periodistas, así como el interés insospechado del presidente José López Portillo y de múltiples figuras nacionales e internacionales”.
El especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cumple 50 años como arqueólogo y 43 como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), motivo por el cual será homenajeado este 4 y 5 de junio en dicho plantel, con un ciclo de conferencias dictadas por una veintena de especialistas que fueron sus alumnos o que han colaborado con él a lo largo de su trayectoria.
Sobre su interés por la antropología, Raúl Arana indicó que surgió cuando cursaba la educación básica en Nayarit; Historia Antigua de México de Wigberto Jiménez Moreno, Geografía de México de Jorge A. Vivó, y Orígenes del hombre americano de Pablo Martínez del Río, eran sus libros más preciados y leerlos lo llevaba a otros sitios, eran un tesoro en un lugar que le parecía aislado.
Llegó a la Ciudad de México en 1957 e ingresó a la carrera de Derecho en la Universidad Nacional, una vez terminados sus estudios trabajó en varios despachos de abogados en el centro de la capital, labor que asegura no llenaba sus aspiraciones. “Un día se me ocurrió ir a visitar el Museo Nacional —ahora Museo Nacional de las Culturas— y saliendo de ahí me topé con un letrero de la entonces Escuela de Antropología que decía ‘último día de inscripciones’.
“Verlo me causó una gran curiosidad, me mostraron el plan de estudios y me percaté de algo que no podía creer, personas que en algún momento de mi vida creí imaginarias, como Wigberto Jiménez y Martínez del Río eran los que impartían las clases, sin mucho pensarlo me inscribí y presenté el examen, tiempo después me avisaron que había sido aceptado, y así llegué a este mundo donde me quedé para siempre.
“En ese tiempo tuve como maestros a genios de la arqueología, como Román Piña Chan, Alberto Ruz, Pedro Armillas, José Luis Lorenzo, Jorge Acosta, Eduardo Noguera, Beatriz Barba y Arturo Romano, sin embargo, mi mentor fue Jaime Litvak King, quien daba clases de Arqueología y Trabajo de Campo, y fue director del Departamento de Prehistoria del INAH, posteriormente fue fundador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM”, abundó el antropólogo nayarita de 73 años de edad.
A lo largo de varias décadas, Arana Álvarez ha participado como responsable en múltiples proyectos arqueológicos, sobre todo en salvamentos por la construcción de presas hidroeléctricas en Chiapas, Veracruz y Tabasco, así como por las obras de las líneas 1, 2 y 3 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, las cuales trajeron consigo el hallazgo de la Coyolxauhqui el 21 de febrero de 1978, cuyo rescate implicó siete semanas de trabajo a cargo del INAH.
“El descubrimiento de este relieve, elaborado con suma perfección y tallado piedra contra piedra entre 1460 y 1480, representó un parteaguas en la arqueología mexicana, particularmente en la historiografía mexica, incluso repercutió en la traza del corazón de la capital, porque dio pauta al Proyecto Templo Mayor, es decir, la exploración e investigación del espacio donde yacen importantes vestigios del Recinto Sagrado de Tenochtitlan.
“Con este proyecto se recuperaron miles de objetos prehispánicos, y en 1987 se construyó el Museo del Templo Mayor. Este hecho también repercutió en más atención y apoyo para el INAH, una institución muy generosa que no sólo custodia el patrimonio cultural, sino que prepara especialistas en áreas muy diversas como antropología, historia, arqueología y restauración”, abundó Arana, quien también cursó estudios de Maestría en Ciencias Antropológicas en la UNAM.
El arqueólogo ha trabajado en casi todo el territorio nacional, principalmente en el Altiplano Central y el Occidente de México, en especial en los estados de Nayarit, Colima y Guerrero. Cabe señalar que también trabajó en las áreas de Prehistoria, Monumentos Prehispánicos, Arqueología Subacuática y Salvamento Arqueológico, además de centros regionales, entre ellos el INAH-Nayarit, del cual fue director de 1988 a 1991.
“El potencial arqueológico de México sigue siendo muy vasto, sin embargo, desde los últimos 50 años cada vez resulta más complicado conservar los sitios por el incremento poblacional y las inherentes necesidades humanas. La tecnología se ha convertido en un apoyo para las investigaciones, por ejemplo, la fotografía como parte del registro o los radares de penetración que pueden detectar vestigios sin excavar.
“En ese sentido, y a pesar de todas esas ventajas tecnológicas, en mis 43 años como profesor he tratado de inculcar a mis alumnos la pasión por la arqueología, esa sensibilidad por el acercamiento con las comunidades, el explorar los sitios y disfrutar cada momento de su trabajo, incluso el llenarte de tierra; que frente a un hallazgo se transporten mil o dos mil años atrás, para entender mejor ese mundo y sentir la energía de la gente que lo hizo posible, esas fueron algunas de las enseñanzas que me dejaron mis maestros más entrañables, señaló Raúl Arana.
Actualmente imparte dos seminarios de tesis sobre arqueología, lo cual le resulta muy gratificante porque el trabajo de sus alumnos le permite seguir aprendiendo de la riqueza cultural de México. El especialista de la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH ha publicado varios volúmenes y artículos referentes a sus investigaciones y hallazgos, y ha dictado una gran cantidad de conferencias en el país y en el extranjero.
El ciclo de conferencias con motivo del 50 aniversario como arqueólogo y 43 como profesor de Raúl Arana Álvarez se realizará el 4 y 5 de junio, de 10:00 a 18:00 horas, en el Auditorio “Román Piña Chan” de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ubicada en Periférico Sur s/n, esquina Zapote, delegación Tlalpan.