Colonia (Köln), la cuarta ciudad más poblada de Alemania, con poco más de un millón de habitantes, es célebre por su majestuosa catedral gótica a orillas del río Rin, la más grande de este estilo en el norte de Europa.
Sus 157,38 metros de altura la convirtieron, entre 1880 y 1884, en el edificio más alto del mundo. Su campanario gótico es el más alto de Alemania, por detrás del de Ulm -la iglesia más alta del mundo, ya que no es propiamente una catedral-, que se completó en 1890.
La catedral de Colonia sobrevivió milagrosamente a los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, como ocurrió con la de Ulm o la de Friburgo, aunque todas ellas quedaron rodeadas de ingentes montañas de ruinas y escombros.
Las reliquias de los Reyes Magos.
Bajo la catedral de Colonia se ha podido constatar la existencia de un templo medieval que sufrió un incendio el 30 de abril de 1248. Casi cuatro meses después, el 15 de agosto de 1248, hace 765 años, el arzobispo Konrad von Hochstaden puso la primera piedra del nuevo templo.
En su interior se encuentra un relicario que supuestamente contiene los restos mortales de los tres Reyes Magos, que fue un regalo que hizo Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, a la iglesia de Colonia en 1164, tras conquistar Milán.
Estas reliquias convirtieron a la catedral de Colonia en un importante centro de peregrinación europeo. A comienzos del siglo XVI se detuvo la construcción del templo debido en parte a la escasez de fondos y a la falta de interés.
El proyecto fue retomado en el siglo XIX gracias al entusiasmo que despertó la Edad Media en el romanticismo alemán. Su finalización fue celebrada como un evento nacional en 1880, 632 años después del inicio de su construcción.