El sistema de trabajo, las posibilidades de sus convenciones y sus coyunturas fueron los temas ejes de la conferencia Seis décadas de derecho internacional público para la cultura en UNESCO, que impartió Nuria Sanz, representante a.i. de la Oficina de esa organización en México, en el encuentro Convenciones UNESCO: Una visión articulada desde Iberoamérica.
El auditorio José Luis Sánchez Bribiesca, de la Torre de Ingeniería, fue la sede de esta conferencia en la que Nuria Sanz inició hablando de la realidad de México “en donde sus manifestaciones y expresiones culturales son un excelente ejemplo de cómo a partir de ellos se pueden hacen proyectos culturales”.
Nuria Sanz enfatizó el papel que deben de desempeñar los secretarios de la UNESCO, el cual dijo, debe de estar al mismo nivel que el de un ministro de cultura, un director general del INAH, del presidente del Conaculta o de un habitante.
“¿Y eso por qué?, pues porque nos permitirá saber hasta qué puntos somos claros o necesitamos estar ligados con otros colegas y hasta qué punto necesariamente nuestros instrumentos que, a su vez son los que utilizan todos, van a tener una validez efectiva”.
La representante añadió que sólo de esta manera se podrá conocer cuál es la verdadera vinculación y el trabajo normativo de la UNESCO, “más allá de una declaración de intenciones entre un texto de derecho internacional público y la legislación nacional de un país”.
Nuria Sanz también reveló que los lineamientos de los documentos que promueven la conservación del patrimonio están presentes en casi todas las legislaciones, “por ejemplo la mexicana, donde la ley de protección al patrimonio es muy parecida a la de protección al patrimonio mundial”.
Agregó que para promover el derecho de protección a la cultura es necesario conocer que existen documentos claros y compatibles tanto en el ámbito de lo local como en el de lo internacional, que pueden modificarse para crear convenios que abarquen más temas.
“En América Latina hay más de 15 países que están cambiando sus texto de protección patrimonial y algunos de ellos como el colombiano son inspiradores. “Es un texto que hilvana la comprensión de lo que es la cultura desde la constitución del estado y entiende el papel de las comunidades indígenas dentro de un estado nacional”.
La representante destacó que otros de los temas que interesan a la UNESCO es que los países no se contradigan en sus convenios. Para eso, dijo, “deben de tener en cuenta la complementariedad de distintos instrumentos existentes desde las convenciones, las recomendaciones y las declaraciones”.
En su conferencia, Nuria Sanz también conversó sobre la importancia de conocer a profundidad las directrices operativas de las convenciones en las que se encuentran inmersos cada uno de los países y sobre la importancia de interacción entre los comités consultivos.
“Esto se vio en la convención de 2003, ya que se despertaron nuevas ideas y formas de acercamientos entre los comités al interactuar entre ellos y al estar bien informados. Así la toma de decisión de los países puede ser diferente, más profunda e incluso juntos pueden llegar a crear nuevas propuestas”.
La representante compartió dos ideas: la primera enfocada a que es válido inspirarse para la implementación de las convenciones culturales en otras que no estén hechas en el seno de la UNESCO, pero que abarquen realidades culturales y geográficas parecidas.