Con la presencia del escritor Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936), la noche de este viernes se estrenó en el Centro Cultural del Bosque, la primera adaptación teatral de La ciudad y los perros, novela del autor peruano, Premio Nobel de Literatura 2010.
En el marco del Festival VIVA Perú 2013 y profundamente conmovido, Vargas Llosa calificó a este montaje, adaptado y dirigido por el también peruano Edgar Saba, como una obra no sólo fiel a la historia original, sino también hermosa, intensa y audaz.
Esto, a pesar de que hace más de 30 años, cuando el director le dijo que quería hacer la adaptación, “yo traté de desanimarlo, porque estaba completamente convencido que era imposible, absolutamente imposible, llevar de una manera más o menos bien, la historia de La ciudad y los perros, al teatro”.
Sin embargo, apuntó el autor de Pantaleón y las visitadoras, Edgar Saba insistió, primero hizo una adaptación para el cine y ahora, una nueva para el teatro, la cual fue estrenada en Lima, el año pasado.
En ese entonces, dijo, “me quedé profundamente conmovido y lleno de vergüenza y de remordimientos, porque Edgar me demostró que se podía efectivamente llevar a un escenario de una manera no slo fiel sino hermosa, intensa, ingeniosa, audaz, la historia que yo conté en La ciudad y los perros”.
Ahora, comentó el Nobel de Literatura, “qué gusto ver la obra después de casi un año y veo, muy conmovido, que todavía ha enriquecido más el espectáculo que me conmovió tanto en Lima, ha conseguido incluso que lo que me parecía absolutamente imposible de llevar al teatro, que eran los monólogos de los personajes, figuren dentro de la obra y cumplan una función importantísima, llenado los huecos de la historia”
Vargas Llosa consideró que Edgar Saba hizo un trabajo admirable, con la ayuda de Josué Méndez, en la dirección adjunta. También celebró el trabajo de “los magníficos actores” peruanos que participan en el montaje, todo un equipo que demuestra “lo extraordinario, lo maravilloso que puede ser el teatro, cuando está bien hecho”.
Y es que, destacó, “el teatro muestra, de manera tan vivida, tan directa, tan auténtica, lo que es la vida con toda su complejidad, con sus monstruosidades y sus hermosuras, su belleza y su horror, todo eso lo hemos visto de cerca, hemos participado en ello, hemos aprendido muchas cosas y hemos gozado inmensamente y eso es el teatro”.
La ciudad y los perros cuenta la historia de un grupo de jóvenes internos del Colegio Militar Leoncio Prado, donde están el Poeta, el típico “gandalla” y el Esclavo, un chico tranquilo que no logra adaptarse, con la cual Vargas Llosa hace una feroz crítica a la vida castrense.
Y es que “en el Ejército, comes o te comen. Uno aprende a hacerse hombre”, señalan los chicos, mientras que para El Esclavo, “lo peor es el encierro”. Los superiores reconocen los problemas que viven los jóvenes, ya que saben que no van al Colegio Militar por su propia voluntad.
La historia toma un giro inesperado cuando uno de los cadetes roba un examen y todos son castigados con la suspensión de las salidas los fines de semana. El Esclavo, decide denunciar al ladrón, pues no aguanta el encierro, lo que le genera la muerte, por soplón, durante un ejercicio de tiro.
El Poeta, que se había hecho amigo de El Esclavo, atormentado con esta situación, acude con sus superiores para señalar a El Jaguar, como responsable de la muerte del cadete, sin embargo, los oficiales desechan su denuncia, porque afectaría severamente, la reputación del colegio y de la institución militar, además de que, señala uno de los superiores, “el culpable es demasiado grande para sentarlo en el banquillo. Al Esclavo lo mató el Perú”.
La ciudad y los perros ofrecerá una breve temporada, con sólo ocho funciones hasta el 8 de diciembre, en el Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque, Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional. Los horarios son de martes a viernes a las 20:00 horas, sábados en punto de las 19:00 y domingos a las 18:00 horas. El lunes 2 de diciembre, se suspende la función.