
La economía de EE UU creció en el tercer trimestre más de lo esperado, a una tasa anualizada del 3,6% del producto interior bruto (PIB). Es la mejor lectura desde el primer trimestre de 2012 y mejora en casi un punto la estimación que se hizo hace un mes. El dato, por tanto, podría reforzar el optimismo sobre la marcha de la economía porque repunta del 2,5% del segundo. Pero la euforia se contiene cuando se observa el consumo, que sigue vulnerable.
Entrando en el detalle del indicador del PIB se comprueba, además, que la revisión al alza se explica mayormente por un incremento de los inventarios, en la mayor subida desde 1998. Aportó 1,68 puntos al PIB. Eso podría indicar que el crecimiento puede moderarse de manera considerable en el cuatro trimestre, cuando se dé salida a todos esos productos.
Del lado de la inversión empresarial, creció un 3,5%, el doble de lo anticipado. Pero sigue siendo más débil que el 4,7% del segundo trimestre. No pasó lo mismo con el peso de las exportaciones en la balanza comercial, que se reduce de un crecimiento del 4,5% previsto hace un mes, a un 3,7%. Con las importaciones el ajuste fue opuesto, de crecer el 1,9% al 2,7%.
Por tanto, el dato de PIB revela que sigue habiendo muchas piezas en movimiento en la economía de EE UU. En el Libro Beige publicado el miércoles, la Fed sigue calificando el actual ritmo de crecimiento de “modesto a moderado”. Es verdad que muestra un clima mucho más positivo que hace un par de meses, pero sigue dominando la cautela.