Gigantescos áloes dicotomos se yerguen sobre una colina rocosa en el límite del Parque Nacional Richtersveld de Sudáfrica.
Estas plantas imponentes, que pueden alcanzar los 10 metros de altura, han sufrido una intensa sobreexplotación y una elevada pérdida de hábitat.
Están consideradas en peligro crítico, y solo quedan unos pocos ejemplares.