Acuclillados en el suelo de barro de una de las cámaras subterráneas más grandes de China –y del mundo–, solo oímos nuestra respiración y el goteo incesante del agua en la distancia. Lo único que vemos es el vacío. Entonces nos giramos hacia la pantalla de un ordenador portátil conectado a un escáner láser y ante nuestros ojos se materializa la Cámara Hong Meigui. Flotamos hasta el techo de la cámara, que forma un arco catedralicio de 290 metros de altura por encima del barro cuarteado sobre el que nos agachamos para no interferir en el haz láser del escáner. Planeamos sobre un lago. Aterrizamos en una playa de la otra orilla.
La versión digital de la cueva es más real que la vida misma. Las cuevas reales son oscuras como boca de lobo. En una cámara amplia, incluso aunque lleves una moderna linterna frontal LED, muchísimo más potente que las antiguas lámparas de carburo, tienes una visibilidad horizontal y vertical de unos 50 metros, no mucho más. La niebla o el vacío fagocitan hasta el haz de luz más brillante. Es natural querer ver más.
Ese deseo de ver más llevó a Andy Eavis al sur de China hace más de 30 años. Allí, en un país todavía enclaustrado, se encontraba la mayor concentración del mundo de ese tipo de relieve casi alienígena conocido como karst: dolinas, torres de piedra, «bosques» de agujas, ríos que desaparecen…, formas producidas durante siglos a medida que el agua de lluvia disuelve la roca soluble, por lo general caliza. Y oculta en las entrañas de ese verde paisaje montañoso (escenario emblemático de la pintura tradicional china) aguardaba la mayor concentración del mundo de cuevas sin documentar.
Y también por eso Eavis ha vuelto a China, esta vez cargado con unas gastadas bolsas de espeleólogo llenas a rebosar de portátiles nuevos, baterías y un escáner láser 3D alquilado, cuyo valor supera los 70.000 euros. En una cueva, la tecnología puede captar aquello que se sustrae a la mirada humana. Su plan es pasar un mes en, por lo menos, tres de las cámaras más grandes del mundo, donde encenderá el escáner para obtener por primera vez una medición precisa