Las luces de colores y las filigranas del agua en movimiento no han dejado de cautivar a los habitantes de Chicago desde que en 1927 se inaugurara en el Grant Park la fuente en memoria de Clarence F. Buckingham.
Cuando las noches no son muy frías, 55.000 litros de agua por minuto son lanzados desde los escalones inferiores de la fuente, que tiene una capacidad de 5,5 millones de litros, hacia el vaso central.
«Durante los meses de verano se ofrece un gran espectáculo tres noches por semana de una hora de duración», explicaba el pie de la foto –una imagen coloreada con el entonces novedoso proceso de Finlay–, publicada en la Geographic de mayo de 1931.
Originalmente el funcionamiento de la fuente dependía de dos operarios que se alternaban en turnos de 12 horas; en 1980, los ordenadores tomaron el relevo.