Monedita de Oro y Saltapatrás se presentaron con gran éxito en la Feria de las Calacas que, como ya es tradición, se lleva a cabo en las Áreas Verdes del Centro Nacional de las Artes para festejar con chicos y grandes el Día de Muertos.
Para darle gusto a todos, el cuarteto Monedita de Oro engalanó el escenario de esta fiesta, organizada por Alas y Raíces del Conaculta, con su música para chamacos, que también gusta a los grandes ya que fusionan diferentes ritmos que van desde el rock, hasta la polka, pasando por géneros como el ska, el blues y la cumbia.
En el segundo día de actividades de la Feria de las Calacas y con el programa ¡Ay, Calacas!, la agrupación hizo un recorrido musical por sus grandes éxitos y canciones que, además de divertidas tienen un mensaje, como la titulada Vamos a reciclar, donde invitan a los pequeños a “salvar a los árboles que quedan”, mediante la reutilización de periódicos y revistas, cartón, envases de leche y archivos de oficina.
El tema del bullying no podía faltar, pues es un problema que se sufre, dijeron, primero en la escuela y después en la casa, ya que si uno no da el gasto durante ocho o 10 meses o llega a casa después de cuatro días, la esposa no deja de reclamar a diario, por lo que la canción señala que “si corro no es por miedo, es por precaución”.
Nico, el acordeonista de la banda, fue quien imprimió el toque cómico al espectáculo con su peculiar forma de bailar, además de mostrar su maestría en el güiro que, según sus compañeros, aprendió en las mejores universidades del mundo, pero sobre todo en un curso intensivo en el Conalep.
Monedita de Oro hizo reír a niños y no tan niños con sus divertidas canciones en las que, por ejemplo, hablan de lo aburrida que llega a ser la televisión, que al principio “parecía divertida”, pero que luego sólo pasa comerciales porque toma a la gente como posibles clientes.
Para las mamás, la agrupación dedicó el tema Mamá se pone punk, “cuando nos cuida mi papá” y para los pequeños que se quieren dedicar a las artes, Chinches en comales, porque los papás siempre les dirán que de eso se van a morir de hambre.
Tras la presentación de Monedita de Oro, le tocó el turno a Saltapatrás, agrupación que con jarana, guitarra, violín, flauta, contrabajo y batería, hizo sonar la música tradicional, con sones y vallenatos, aderezados de historias de muertos, fantasmas, brujas y espantos.
“Me agarra la bruja, me lleva a su casa, me vuelve maceta y luego calabaza” cantó Saltapatrás para luego recordar que también se puede morir de amor, con la pieza titulada Ojitos soñadores.
Al guajolote le recomendaron “no comer de más, porque un día de estos te van a cenar” y con ritmos andinos, la agrupación dio vida al cuento de terror María Angula y sus recetas de cocina para preparar sopa de pan, locro de cuchicara y sopa de tripas.
La vida y la muerte se hicieron presentes en temas interpretados por Saltapatrás como El rin del angelito de Violeta Parra y en vallenato, Alicia adorada donde su autor canta a la muerte de su amada.