Los astrónomos se prepararon para presenciar las Gemínidas, una de las lluvias de meteoros más activas, que ayer sábado por la noche volvió a mostrar su mayor actividad como cada mes de diciembre -según nota de BBC Mundo-.
El espectáculo de luces pudo verse desde todo el mundo hasta las primeras horas del domingo. Se calcula que la hora de mayor actividad fue aproximadamente a la 01:00 GMT.
Las Gemínidas se repiten todos los años cuando la órbita de la Tierra y la de una corriente de partículas chocan en un punto, que se encuentra en la constelación de Géminis, de donde proviene su nombre.
La lluvia de estrellas de alta intensidad muestra su actividad máxima a mediados de diciembre. Este año en específico lo hace desde el domingo 7 hasta el 17 de diciembre.
Se estima que las Gemínidas producen entre 50 y 100 estrellas fugaces cada hora. Pueden brillar en varios colores e incluir ráfagas rápidas de dos o tres.
El astrofísico del Instituto Astronómico de Canarias (IAC), Miquel Serra Ricart, explicó que caerá una media de un meteoro cada dos minutos.
Nube de «escombros»
Lluvia de meteoros
Las llamadas estrellas fugaces son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol.
Debido al «deshielo» producido por el calor solar, La corriente de partículas resultante (meteoroides) se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Durante el encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.
Esto es cierto para la mayoría de lluvias, pero no para las Gemínidas, pues no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de «escombros».
Lluvia de Gemínidas
Su origen era un misterio hasta que las sondas solares Stereo (NASA) confirmaron la aparición de una pequeña cola en el asteroide 3200 Phaeton (en su máximo acercamiento al Sol o perihelio) único objeto que se movía en la misma órbita que la nube de meteoroides causantes de las Gemínidas.
A partir de ese momento, a Phaethon 3200 se le conoce como «cometa rocoso»: un asteroide que se acerca mucho al Sol posibilitando así que se forme una cola por rotura de la superficie, debido al calentamiento excesivo.