Francisco Pablo Castañeda Porras se ha dado a la tarea de rescatar la obra sinfónica que, a mediados del siglo XX, compuso Alfredo A. González, con el propósito de que las partituras ya digitalizadas estén disponibles para músicos y orquestas interesadas en su interpretación.
Con apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artísticos (PECDA), el músico duranguense lleva a cabo este proyecto titulado Viva la música de Alfredo A. González, cuyo objetivo es preservar el legado musical de Durango a través del rescate de la obra del maestro.
En entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Castañeda Porras indicó que Alfredo A. González fue un músico que además de ser el fundador de la Escuela Superior de Música de Durango, “tenía obra sinfónica que es poco común que compositores de mediados del siglo XX hayan elaborado música sinfónica en Durango. Se habla mucho de Silvestre Revueltas y de Ricardo Castro, pero ellos hicieron su actividad musical en la Ciudad de México”.
Por ello, dijo el percusionista egresado de la Universidad Veracruzana, “se me hizo interesante rescatar la música de él, para que tuviera impacto con la gente de Durango, como una personalidad de aquí y que tiene un acervo si no muy extenso, sí bastante importante, para que después se pueda conocer en toda la República y hasta en el extranjero”.
Al mismo tiempo, destacó, se trata de una cuestión de identidad más profunda para la Escuela Superior de Música, a partir de su fundador, porque “desafortunadamente hay gente que no lo conoce, no sabe ni quién es y mucho menos que compuso obra, si es importante que con este pretexto, de que tiene obra sinfónica, darle identidad a la Escuela Superior de Música de Durango más sólida”.
El proyecto contempla la compilación de cinco obras digitalizadas de las 11 compuestas por Alfredo A. González:El ídolo de un hechicero (Ballet sobre una leyenda mexicana para orquesta de cuerdas, clarinete, trompeta y fagot); Analco (Obertura); Primera sinfonía en Do, así como los poemas sinfónicos Tiotzin y Canto a la Tierra.
Pablo Castañeda precisó que de estas obras sólo se han tocado dos: Tiotzin, que de hecho el mismo Alfredo A. González dirigió y como parte de este proyecto ya se realizó el estreno mundial de El ídolo de un hechicero, aunque se hizo de manera local, para maestros y alumnos de la Escuela Superior de Música y “el siguiente paso es que la obra se conozca a nivel más amplio”.
Para ello el autor del proyecto Viva la música de Alfredo A. González cuenta con copias en manuscrito de las obras del maestro y él se dedica a digitalizar las partituras, las cuales estarán disponibles para las orquestas interesadas en interpretar la música del duranguense.
“Esa es la idea, porque de Durango se conoce solamente a Ricardo Castro y a Revueltas como los grandes compositores, a lo mejor González no fue el gran compositor como Silvestre Revueltas, pero fue un compositor activo, tiene obra, tuvo maestros como Manuel M. Ponce; él viene de una línea, es un eslabón de la composición en Durango”.
Y es que, dijo, “a mediados del siglo XX era raro o eran pocos los que componían para gran orquesta, así que es otro merito que habría que rescatar del maestro”.
En cuanto a su obra, indicó, tiene la influencia y el estilo de su generación, a la cual pertenecieron personalidades de la talla de Blas Galindo y Candelario Huízar, con un sonido muy contemporáneo, pero a la vez muy mexicano.
“No tiene el atrevimiento como Revueltas, pero tiene ese toque muy mexicano, muy contemporáneo, inclusive tiene dos películas musicalizadas; hay canciones y obra de él que son la de Mi marido y Los pobres van al cielo”.
En la introducción de esta última película, refirió Pablo Castañeda, “se le escucha ese sonido, como de las películas mexicanas, muy dramático, ese es el estilo de él, pero haría falta tener la recopilación total y escucharla para definir un estilo y clasificarlo, ese es el problema, no todo está tocado y es difícil”.
A la fecha, el proyecto Viva la música de Alfredo A. González lleva avance del 70 por ciento; sin embargo, Pablo Castañeda advirtió que “ya me enamoré del proyecto y quisiera seguir trabajando, terminar las 11 obras sería lo ideal”.
De las 11 obras escogió las más legibles, aunque dijo que hay una muy interesante que se llama 20 de Noviembre y parece ser la única obra sinfónica dedicada a la Revolución escrita por un mexicano.
Pero además, la composición de Alfredo A. González da para “escarbar un poquito más, porque parece que de las películas hay música de él, pero esas partituras no están aquí, lo más seguro es que estén en México”, por lo que será necesario investigar dónde están para recuperarlas también.
Por lo pronto, Pablo Castañeda concluirá el proyecto Viva la música de Alfredo A. González con cinco de las 11 obras sinfónicas del autor digitalizadas para preservar el legado del compositor y dar a conocer la música compuesta en Durango.