Buen tiempo, varios días por delante, ganas de desconectar y de pasar momentos inolvidables. Un circuito en bicicleta permite tener un contacto directo con el entorno, apreciar las distancias reales entre los lugares que se recorren, disfrutar de un final de etapa en un entorno ideal… Hay países que tienen una gran tradición ciclista, como Dinamarca, Holanda, Austria y Francia, y ofrecen senderos y servicios muy bien preparados para sacar el máximo partido a esta experiencia que siempre gana adeptos. Quien lo prueba, repite.
Las perlas de Holanda. Las posibilidades de recorrer Holanda en bicicleta son inabarcables, cualquier camino y ciudad está preparado para estos vehículos de dos ruedas. Una de ellas es la que parte de Ámsterdam y en siete días recorre 200 kilómetros en los que engarza algunas de las ciudades más emblemáticas del país como Haarlem, con el imprescindible Museo Franz Hals y un centro histórico bellísimos; Delft, con su cerámica y una de las plazas más bellas de Holanda; la animada Leiden y Gouda, famosa por su queso. Entre ciudad y ciudad se extienden preciosos parajes naturales, campos de bulbos, el jardín de Keukenhof, humedales, pólders, viejos ríos… Así que, además de lo mejor de la cultura holandesa, esta ruta permite también disfrutar de los paisajes más hermosos.