“Una pintura no debe ser un comentario sino el hecho mismo; no un reflejo, sino la luz misma; no una interpretación, sino la misma cosa por interpretar”, expresó en vida el reconocido muralista mexicano José Clemente Orozco Flores (Zapotlán el Grande -hoy Ciudad Guzmán-, Jalisco, 23 de noviembre, 1883 – Ciudad de México, 7 de septiembre, 1949); según Jean Charlot de un texto escrito probablemente antes de comenzar los murales de la Escuela Nacional Preparatoria, en 1922.
A 66 años de la muerte de uno de los tres grandes del muralismo mexicano, Laura González Matute, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes, señala que José Clemente Orozco es uno de los artistas más importantes y trascendentes de la primera mitad del siglo XX.
La especialista con estudios de maestría en Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dijo en entrevista con Conaculta que José Clemente Orozco presenta en su obra una particularidad que trascendería los límites nacionales, volviéndose un pintor universal sobre todo por sus temáticas las cuales no sólo se circunscribieron a problemáticas nacionalistas o mexicanistas sino a universales de la condición del hombre, como la guerra, los desastres humanos, el ser en la tierra, la religiosidad; temas sobre los cuales el creativo fue muy crítico.
De quien fuera el primer pintor en ingresar al Colegio Nacional, la autora de J. C. Orozco, escenógrafo (2000) explicó que parte de la obra que el pintor realizó tuvo que ver con el contexto en el que le tocó vivir, como fue la Revolución Mexicana y la Cristiada.
“Él vivió parte de la Revolución Mexicana y la plasma de una manera muy crítica por ejemplo en los murales del Antiguo Colegio de San Ildefonso, otro acontecimiento muy importante fue la Cristiada, donde él ve el horror de la guerra con la religión católica, que también quedó plasmada en su obra; y otra época importante fue el Cardenismo, que también llegó a verse reflejada”.