Salzburgo es maravillosa en cualquier época del año, pero es en invierno y en vigilias de Navidad cuando se convierte en una ciudad de cuento, más delicada y musical que nunca.
Además de un cuidado casco antiguo repleto de palacios y una imponente fortaleza que lo protege, Salzburgo, la ciudad de Mozart, está rodeada de magníficos paisajes alpinos que se pueden recorrer a través de la ruta que proponemos.
La primera parada tras dejar atrás Salzburgo es Hallein, importante ciudad en la Edad Media gracias al comercio de la sal; tomamos un desvío para visitar uno de los pueblos más fotografiado de Austria, Hallstatt, cuya importancia en la historia de la Humanidad es tanta que incluso un periodo de la Edad de Hierro lleva su nombre.
Siguiente parada, St Johann im Pongau, con sus pueblos alpinos y paisajes bellísimos y siguiendo el curso del río Salzach nos plantamos a las puertas del impresionate Parque Nacional Hohe Tauern, puro Alpes, aunque el final de nuestra ruta es el lagos de Zell am See y la agradable población homónima que descansa en sus orillas.