El investigador del INAH, Juan Antonio Siller, consideró necesario promover dicha acción, con el fin de propiciar la conservación del método tradicional de producción del grano
En la Dirección de Estudios Históricos se presenta la exposición Los hombres del arroz, que da cuenta de la labor de los jornaleros del sur del estado de Morelos
El proceso agrícola del arroz en Morelos, desde la siembra hasta su cosecha, debe ser promovido como patrimonio cultural para garantizar su conservación. Las áreas de cultivo y sus herramientas; los pajareros y el secado al sol, así como sus caminos y molinos, son partes complementarias de un entorno relacionado con la tradición y la cultura, que es necesario proteger ante la modernidad.
Juan Antonio Siller Camacho, investigador del Centro INAH Morelos, planteó dicha propuesta durante la presentación del libro Los hombres del arroz. Tradición y Cultura, del fotógrafo Eduardo del Conde Arton.
En la Dirección de Estudios Históricos (DEH), donde se exhibe una pequeña muestra gráfica sobre este cultivo, el especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recordó que la calidad del grano hizo que éste fuera merecedor, hace cuatro años, de la Denominación de Origen del Arroz Morelense. Por ello, insistió que tanto este reconocimiento, como la historia de su cultivo en México desde hace casi dos siglos y su producción artesanal deben tomarse como base para mantener intactas sus etapas de producción.
José Manuel Chávez, investigador de la DEH, dijo que a través de la lente de Eduardo del Conde, ha quedado de manifiesto que aún en las condiciones más duras de trabajo pervive esta importante riqueza cultural.
“El contraste de la piel quemada con el verde del campo; el sepia del lodo que cubre las piernas y las manos de los hombres del arroz con los primeros rayos del sol, impresas en las fotografías compiladas en esta publicación”, son sólo una breve descripción documentada de ese pesado proceso agrícola.
Siller enfatizó en la labor de los pajareros, jornaleros que forman parte del paisaje cultural que debe ser considerado patrimonio inmaterial de Morelos. “Tienen una función primordial cuando el grano llega a su madurez; cuatro o cinco semanas antes de su corte se dedican a ahuyentar a las parvadas mediante sistemas tradicionales de cuetes, látigo o sonido de botes, de lo contrario, la producción disminuiría en detrimento del ciclo de producción”.
En 22 de los 33 municipios de Morelos se siembra esta gramínea, cuyo proceso agrícola involucra a 600 productores.
Los hombres del arroz, en 50 imágenes
Medio centenar de fotografías del portafolios del autor del libro, Eduardo del Conde Arton, forman parte del volumen que documenta la producción artesanal de este cultivo, mismo que dio origen a la exposición Los hombres del arroz. Tradición y cultura, que se presentó en diciembre de 2012 en el Museo Regional Cuauhnáhuac, Palacio de Cortés, en la ciudad de Cuernavaca, y posteriormente en el Museo Antigua Estación del tren de Jojutla, de mayo a julio de ese año, entre otros sitios.
Con más de cuatro décadas de oficio, Eduardo del Conde ha participado en casi 40 exposiciones, la mayoría de ellas en forma individual. En las instalaciones de la Dirección de Estudios Históricos y como parte de la presentación del libro se exhiben 18 de esas gráficas, representativas de una jornada de trabajo.
El autor del volumen Los hombres del arroz. Tradición y Cultura detalló que en 2009 inició el proyecto de retratar a los arroceros de la zona sur de Morelos, y durante tres ciclos agrícolas recorrió los campos de cultivo de los municipios morelenses de Jojutla, Tlaquiltenango, Mazatepec y Xochitepec.
La exposición, de acceso gratuito, permanecerá abierta hasta el 13 de julio en la Sala de Usos Múltiples de la Dirección de Estudios Históricos, ubicada en la calle Allende N°172, casi esquina con Benito Juárez, en la colonia Tlalpan Centro, Ciudad de México.