La interjección de molestia, fastidio, enfado e irritación, lanzada en 2006 por el columnista de Milenio Ciro Gómez Leyva ¡Que se joda Oaxaca!, se convirtió, a querer o no, guste o no, en una especie de maldición sobre Oaxaca.
El término vulgar joder, que se puede emplear como verbo, pinta de cuerpo entero la destrucción de la vida en Oaxaca y la ruina a la que ha sido conducida por la Sección XXII de la CNTE. ¡Ya nos jodieron! ¡Y nos siguen jodiendo!
Al lado de organizaciones sociales apoyados por grupos armados han echado a perder la educación pública, laica y gratuita. Sin embargo, como viles farsantes, los activistas magisteriales se ostentan como férreos defensores de ésta.
No les ha importado condenar a millones de niños oaxaqueños a la ignorancia y a la miseria. Hipotecan sus futuro. Círculo vicioso y perverso difícil de romper. Conseguirlo llevará por lo menos las tres décadas que nos llevó hundirnos en el caos.
En un acto por demás incongruente, el magisterio revolucionario privatizó por más de 20 años desde 1992 la educación al convertirse en patrón desde el viejo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
Ello ocurrió con la firma del Acuerdo del gobernador Heladio Ramírez López y Erangelio Mendoza González. A través de Lino Celaya Luría, director fundador del IEEPO, entregó todo el poder y dinero a la CNTE.
Contaron, claro, con la abierta complicidad de los sucesivos gobernadores hasta nuestros días. El viejo IEEPO se convirtió en la ‘caja grande’ de los Jefes del Ejecutivo estatal y de los propios dirigentes magisteriales.
Desde la Dirección de Informática el tristemente célebre Capi Miguel Alfredo Pérez Reyes hizo el milagro de revivir a miles de trabajadores de la educación muertos que siguieron cobrando por años, a través de la ‘nómina fantasma’.
Hoy ‘El Capi’ es un empresario inmensamente rico que cuenta con diversos negocios, sobre todo, con una empresa de transporte de carga, integrada por una numerosa flotilla de traileres, con oficina matriz en su natal Colima.
Por si nos faltaran problemas, nuevamente se confirma que Oaxaca se sigue jodiendo. No habrá carretera a la Costa, la multinacional mexicana Ingenieros Civiles Asociados (ICA) quebró y decidió regresar la concesión.
Por la crisis financiera que atraviesa, ICA está en el proceso de entrega-recepción de la concesión de la supercarretera Oaxaca-Costa, en su tramo Barranca Larga-Ventanilla, por lo cual la obra no será concluida este año.
El director del Centro Oaxaca de la SCT, Héctor Armando Castañeda Molina, informó que los trabajos quedaron suspendidos desde principios de año y se estancaron en un avance del 51 por ciento.
Una vez que concluya el proceso de entrega-recepción, la SCT a nivel nacional emitirá una nueva licitación para que otra empresa privada pueda retomar los trabajos, proceso que tardará varios meses más.
Al ser una obra privada, concesionada inicialmente a ICA, ésta no cuenta con recursos públicos para continuar los trabajos este año, por lo que confió que alguna compañía con capacidad financiera pueda retomar la obra.
La supercarretera Oaxaca-Istmo, también concesionada a Ingenieros Civiles Asociados en conjunto con Ideal, registra por su parte, lentitud en sus avances, que a nivel global es de un 67 por ciento.
El director del Centro Oaxaca de la SCT, no garantizó la fecha en que será concluida la supercarretera Oaxaca-Istmo. Sin embargo, queda por demás claro que no será este año. ¡Que importa que se siga jodiendo Oaxaca!
En una irónica paradoja ello permitirá que el gobernador entrante Alejandro Murat Hinojosa se cubra de gloria en su primer año de gobierno con la terminación de las dos supercarreteras a la Costa y al Istmo.
Con ambas obras dará un gran respaldo a su partido, el Revolucionario Institucional, porque las obras se traducen en votos. Y en 2017 y 2018 más que nunca urgirán millones de votos al PRI para ganar el Estado de México y la presidencia.
A su estratégica ubicación geopolítica, Oaxaca suma ser laboratorio y arena política nacional. Desde la década de los 70, es arena y campo de batalla por el rumbo del proyecto de nación. Lucha de clases en permanente choque con el capitalismo salvaje de la globalización. Sus más destacados políticos han contribuido a la definición de los candidatos presidenciales.
Es consecuencia lógica y natural del talento y/o genial perversidad de los oaxaqueños. Alejandro Murat más que Gabino Cué contribuirá con su trabajo a jugar este juego.
Aunque han jugado en las grandes ligas nacionales, ciertamente, algunos políticos oaxaqueños no han sido tan ilustres. De ello, dan cuenta las páginas negras de la historia de Oaxaca.
Ahí están los casos paradigmáticos de Heladio Ramírez López y Ulises Ruiz Ortiz.
Obligado es este recuento histórico para entender la trascendencia nacional del desenlace del conflicto magisterial. En Oaxaca, se libra la madre de todas las batallas contra la CNTE.
El problema mayor para los oaxaqueños es que esa lucha es moneda de cambio político. Ocurre de esta manera porque Oaxaca será la medida del éxito o fracaso de la Reforma Educativa.
Y con ello, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, se juega la candidatura presidencial contra la CNTE. El posible fracaso de la Reforma Educativa será quizás su tumba.
A la luz de esta realidad la Sección XXII no termina de entender que mató la gallina de los huevos de oro con su escandalosa corrupción. Impuso un régimen de terror de corte estaliniano.
De ahí su obsesión por reeditar el conflicto de 2006, diez años después de esa tragedia.
Es su mayor apuesta en el tablero de la sucesión presidencial de 2018. La Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación está alineada con Manuel Andrés López Obrador.
En agradecimiento al presunto financiamiento del magnate Carlos Slim la CNTE pretende ayudarle a pasar la factura a Enrique Peña Nieto por la reforma en telecomunicaciones.
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