Este año, la Semana Mundial de la Lactancia tiene lugar del 1 al 7 de agosto y está dedicada a alentar esa práctica, que beneficia la salud de los bebés, creando condiciones de apoyo a las madres.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia es la mejor manera de suministrar al bebé los nutrientes que necesita para su desarrollo, por lo que recomienda que el amamantamiento empiece durante la hora siguiente al parto y que continúe como única fuente de alimento hasta que el bebé tenga seis meses.
A esa edad se puede complementar con otros alimentos nutritivos, pero debe mantenerse hasta que el niño cumpla dos años.
En la actualidad la práctica de la lactancia varía según los países. Por ejemplo, en la región oriental del Mediterráneo, sólo un 29% de los menores de seis meses es amamantado.
La OMS considera que es un imperativo de salud pública alentar y facilitar la lactancia, sobre todo en los grupos más pobres y vulnerables de la población.
La agencia de la ONU llamó a que las mujeres que trabajen cuenten con condiciones que les permitan amamantar a sus hijos, tales como instalaciones adecuadas para extraer y almacenar la leche o interrupciones para ir a alimentar a los niños.
La OMS afirmó que los niños que se alimentan exclusivamente de leche materna durante los primeros seis meses tienen mejor resistencia frente a las enfermedades infantiles comunes y, cuando son adultos, tienden menos a la obesidad y a contraer enfermedades no transmisibles.