El gobierno argentino detuvo la movilización de un grupo de intelectuales que querían evitar que el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa inaugurara la Feria del Libro de Buenos Aires, reconoció hoy el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
»No cuestiono la estatura literaria de Vargas Llosa, pero sería ingenuo no observar que es un fiel exponente de la derecha más reaccionaria», advirtió el jefe de Gabinete, en medio de la polémica desatada por la visita del laureado escritor.
Aunque afirmó que Vargas Llosa »es enemigo de los gobiernos populares y particularmente de Argentina, a quien insultó millones de veces gratuitamente y sin ninguna necesidad», advirtió que no se puede censurar su presencia en la máxima cita cultural del país.
Reveló que la propia presidenta Cristina Fernández llamó al director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, para que retirara la carta en la que convocaba a firmas para criticar la participación de Vargas Llosa en la apertura de la Feria, en abril próximo.
González, por su parte, aclaró que no estaba arrepentido de haber solicitado el apoyo de un grupo de intelectuales para repudiar el papel protagónico otorgado por la Cámara del Libro al autor peruano.
Explicó que la presidenta lo llamó la víspera en dos ocasiones pero no lo regañó sino que ‘me habló con simpatía, me expresó que le interesa el debate, pero no da órdenes, no se expresa en términos implacables’.
El escritor argentino explicó que ‘no quisimos ni ser tajantes, ni ofensivos, ni evitar que Vargas Llosa pueda hablar. Nos pareció que no debía ocupar la posición central, simbólica y culturalmente muy densa del discurso de apertura de la Feria’.
Insistió en que Vargas Llosa ‘es un muy buen novelista, sobre todo en su período inicial’, pero lamentó que utilice el ‘diccionario de la derecha mundial’ para hablar de manera despectiva sobre varios gobiernos latinoamericanos, como el argentino.
