La laca fue una de las técnicas artísticas más populares de la Nueva España; su uso perteneció a uno de los ámbitos más significativos de la vida virreinal. Las artes suntuarias de los ajuares domésticos, contenidas en los interiores de los espacios habitacionales, abarcan diversos objetos derivados de la producción secular, destinados a varias funciones del diario vivir del habitante novohispano.
Lacas. Color y brillo novohispano, exposición que presenta el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Museo Nacional del Virreinato (MNV), reflexiona en torno a los diferentes centros de producción novohispanos, resaltando sus cualidades formales y técnicas, así como los tipos de soportes en los que esta técnica fue aplicada, que en el caso mexicano se encuentra íntimamente ligado a soportes específicos que datan de la época prehispánica.
En representación del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del INAH, el arquitecto José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones, inauguró la muestra integrada por 109 piezas, 68 procedentes del MNV y el resto de otras importantes instituciones, como el Museo Franz Mayer, la Comisión Nacional para eI Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), el Museo de Artes e Industrias Populares de Pátzcuaro y El Museo Regional de Michoacán, entre otras.
El arquitecto Ortiz Lanz dio lectura a un texto preparado por el director general del INAH con motivo de la exposición, la cual —dijo— es reflejo de las expresiones artísticas del periodo novohispano que estuvieron ligadas a la vida y a la sociedad de manera indisoluble.
“Un claro ejemplo de utilidad práctica y apreciación estética de los objetos artesanales en la cotidianeidad de la época colonial son las numerosas bateas, cofres, baúles, tecomates y jícaras con acabados a base de resina natural conocida como laca —la antigua lák, en Persia—, también utilizada desde la antigüedad en China y la India”.
Abundó que el refinado procedimiento del laqueado, cuyo rasgo distintivo fue un singular equilibrio entre el brillo y el color, ha dejado evidencias magistrales de una técnica nativa heredada de las civilizaciones prehispánicas del México antiguo, a la cual se sumaron nuevas expresiones durante el virreinato, hasta lograr el refinamiento que se aprecia en la actualidad.
En la apertura de la muestra también estuvieron Mercedes Gómez Urquiza, directora del MNV; Sonia Ocaña, curadora de la exposición; Octavio Murillo Álvarez, director de acervos de la CDI, y Máximo Vargas, director de Turismo de Tepotzotlán.
En su intervención, Mercedes Urquiza señaló que la laca embellece materiales como madera y calabazos, elementos simples como las jícaras y los guajes que al ser laqueados y primorosamente ornamentados, dejan atrás su sencillez y adquieren una connotación nueva que los enaltece y revalora. Objetos más complejos como la escribanía, se destacan entre las bateas empleadas para satisfacer diversas funciones del diario vivir de los habitantes novohispanos, todos ellos fueron protegidos con los recubrimientos al tiempo de ser adornados.
Apuntó que desde hace 50 años el Museo Nacional del Virreinato ha sido el encargado de conservar y estudiar el patrimonio histórico producido en la Nueva España, época en la cual el maque o laca fue una de las técnicas de ornato más populares.
Durante el periodo virreinal la laca significó estatus y prestigio social, especialmente en las grandes ciudades donde había todo tipo de objetos de uso tanto civil como religioso; algunos estaban dirigidos específicamente a un público femenino. La gente convivía todo el tiempo con estos enseres, algunos exclusivamente de ornato, pero muchos tenían una función práctica y cotidiana, señaló la doctora Sonia Ocaña, curadora de la muestra y especialista en el impacto del arte asiático en la Nueva España.
Agregó además, que la laca novohispana no fue un sustituto para aquellos que no podían adquirir las chinas, japonesas o inglesas —algunas de éstas llegaban a ser de alta calidad—, por el contrario, eran tan valoradas que existen en ajuares muy ricos de la Nueva España, además de colecciones españolas como las del Monasterio de las Descalzas Reales, e inclusive en las de los reyes. Ya en el siglo XX, muchas obras pasaron a las colecciones de diferentes museos, entre ellos, el Museo de América, en Madrid.
Lacas. Color y brillo novohispano desarrolla un relato curatorial, a partir de cinco núcleos temáticos, que permite al visitante transitar por los aspectos utilitarios y formales de ésta, para lo cual se ha conformado una amplia selección de piezas de todo tipo de soportes y técnicas que contextualizan a las lacas novohispanas, con el fin de propiciar que el espectador establezca relaciones entre el pasado y el presente, por medio de una diversidad de recursos visuales en donde la laca es el principal protagonista, en soportes fotográficos, literarios y documentales.
En el marco de la exposición se abrió al público la sala lúdica en la que los visitantes podrán experimentar las técnicas de pincel, rayado y rellenado con las que se elaboran las lacas; así como el “Taller Lacas. Color en la piel o tatuajes”, con diseños novohispanos de los centros de producción de Michoacán, Guerrero y Chiapas. Y el “Teatro Viajero”, que inicia su recorrido por los espacios del recinto para contar historias de dioses griegos y seres fantásticos chinos que se esconden en muebles, cofres y charolas laqueadas.
El público podrá visitar Lacas. Color y brillo novohispano del 9 de diciembre de 2017 al 8 abril de 2018. Durante este periodo tendrá la posibilidad de participar de diversas actividades educativas.