Si sumamos todo el dinero que los gobiernos nacionales han pedido prestado, se alcanza la friolera de 63 billones de dólares.
En una situación ideal, los gobiernos piden prestado este dinero para cubrir los déficit presupuestarios a corto plazo, o para financiar proyectos críticos. De todas formas, en todas partes del mundo, los países han asumido que generar constantes deudas es el curso normal las cosas, y demasiada acumulación de deuda no es saludable para los países ni para la economía global como un todo.
Estados Unidos es el primer ejemplo de endeudamiento: el país no ha asignado un excedente presupuestario anual desde 2001, cuando la deuda federal era sólo de unos 6,9 billones de dólares (54% del PIB). Desde entonces y muy rápidamente, la deuda se ha inflado hasta los casi 20 billones de dólares (104% del PIB), lo cual equivale a un 31,8% de la deuda soberana mundial en términos nominales.
La lista de los países más endeudados
Estados Unidos, Japón, China, Italia y Francia en conjunto, suponen un 66% de la deuda mundial en términos nominales, por un total de 41,6 billones de dólares.
Ahora, los cinco países con mayor deuda en relación al PIB son Japón, Grecia, Líbano, Italia y Portugal.
Mientras que solo Italia y Japón se consideran economías principales a nivel global, es importante monitorear los altos niveles de deuda de países como Grecia o Portugal.
«En el escenario de base del FMI, la deuda pública de Grecia alcanzará un 275% de su PIB en 2060, donde sus necesidades de financiación representarán un 62% del PIB», informa un reciente estudio del FMI, obtenido por Bloomberg.
Grecia, por ejemplo, sigue por un camino particularmente insostenible y los acreedores se están volviendo más agarrados. Más recientemente, tanto el FMI como los acreedores de Grecia de la zona euro han demandado al país implementar una ley que automáticamente introduzca medidas de austeridad si no se alcanza un excedente presupuestario de un 3,5% del PIB.
Mientras Grecia ha desestimado dichas demandas, calificándolas de «inaceptables», el país -junto con muchos otros de todas partes del mundo- tendrá que aceptar que la acumulación de deuda constante tiene consecuencias a largo plazo.