Las personas con obesidad visceral o elevada acumulación de grasa abdominal presentan las alteraciones hormonales características de un envejecimiento prematuro junto con alteraciones del estado de ánimo, explicó el doctor Rubén Bravo, especialista en nutrición y obesidad visceral.
Este experto indicó que la grasa visceral aumenta la producción de la hormona del estrés, el cortisol, y reduce los niveles de endorfinas, que son las hormonas que facilitan la sensación de felicidad y bienestar.
Bravo, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), comentó que el déficit de la dopamina en el organismo favorece la depresión, mientras que la disminución de serotonina eleva los niveles de ansiedad.
Ambas carencias indican aumento de riesgo de infarto de corazón -tres o cuatro veces mayor-, problemas de hipertensión, cáncer de próstata y colon, hipercolestoremia o una tendencia para desarrollar enfermedades degenerativas, como Parkinson o demencia senil.
La grasa visceral elevada, que se acumula en el interior del abdomen alrededor de los órganos vitales, contiene un «alto riesgo» para la salud que se expresa en enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer.
Bravo explicó que un estilo de vida sedentario seguido por estrés, tabaco, grandes dosis de café y alcohol, además de una alimentación inadecuada, hace, entre otras cosas, que se acumule en el interior del abdomen, alrededor de los órganos vitales, una especie de grasa que no siempre está a la vista.
«En el 82% de los hombres que acuden al Instituto Médico Europeo de la Obesidad, la principal grasa corporal es la visceral. Respecto las mujeres, este porcentaje asciende a un 34%, con una prevalencia de las que están en la edad de la menopausia, donde se observa esta migración de la grasa hacia el abdomen», subrayó.
Agencia El Universal