En el contexto actual de cambio climático, hoy agravado por la crisis nuclear en las centrales de Fukushima y Onagawa, en Japón, que hoy cumple un mes; en México, las autoridades de energía y ahora los diputados y senadores han hecho un frente común de defensa y promoción de la energía nuclear en nuestro país.
Por ello, activistas de la organización ambientalista lanzaron un mensaje a la Comisión de legisladores que visitaron recientemente la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, para demandarles que descarten el uso de tecnologías peligrosas como la energía nuclear en la ENE, ya que no sólo no mitigan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los efectos del cambio climático sino que además son muy peligrosas, a diferencia de lo que aseguran los legisladores.
La semana pasada, los senadores integrantes de la Comisión Especial de Cambio Climático, Alberto Cárdenas Jiménez (PAN), Rubén Fernando Velázquez (PRD), Ludivina Menchaca (PVEM) y en representación del Senador Dante Delgado (Convergencia) Alejandro Chanona Burguete, visitaron la Planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, en Veracruz, y como producto de su visita, los senadores concluyeron que las metas de mitigación de GEI deben incluir un plan de expansión de la energía nuclear.
Además, en estos días, los senadores deben revisar la ENE para su aprobación, posteriormente ésta debe pasar a la Cámara de Diputados para ser ratificada. En caso positivo, la estrategia adquirirá el estatus de ley. De ahí la importancia de que en su contenido no se incluya a la energía nuclear y en su lugar se garantice la seguridad energética y sustentabilidad ambiental del país hasta el 2025. No necesitamos la energía nuclear o combustibles fósiles para mantener el suministro de energía eléctrica del país.
Es incongruente que en la ENE se promueva la energía nuclear y un mayor uso de combustibles fósiles, mientras México acaba de ratificar su participación y el estatuto de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), cuya obligación es la implantación y el uso generalizados y reforzados de las energías renovables con objeto de lograr un desarrollo sostenible. La ENE debe establecer metas de participación de fuentes renovables del orden del 41 por ciento para 2020 y 75 por ciento para 2050, excluyendo las grandes hidroeléctricas. Esto no sólo es técnicamente posible, sino económicamente viable.
El Congreso de la Unión tiene en sus manos la decisión de plasmar en la Estrategia la visión del país que queremos en 2025, en el que se contemple un futuro limpio y seguro basado mayoritariamente en energías renovables. Por ello, la energía nuclear, la explotación de petróleo, sobre todo en aguas profundas o la captura y secuestro geológico de carbono, son opciones inviables que representan desperdicio de recursos económicos importantes que podrían ser usados para promover fuentes renovables de energía en México.