Adiós Carlota…da cuenta de la condición humana

El museo tiene como función el desarrollo integral de las personas, por lo que debe dar cabida a todas las manifestaciones artísticas que contribuyan al desarrollo del ser humano, pero con la condición de que se circunscriban a los lenguajes que maneja un museo, como es el caso de la puesta en escena de títeres silentes Adiós Carlota, aseveró Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec.

Al darse a conocer el reestreno del montaje creado y dirigido por Gerardo Ballester Franzoni ?que se realizará el próximo domingo 9 de abril a las 20 horas?, Rueda Smithers aseguró que los museos, como abreviaturas del mundo, pretenden yuxtaponer objetos que en la vida real no estuvieron juntos, pero que pueden construir una historia.

El titular del recinto del INAH dijo que Adiós Carlota es una excelente lección de historia, no tanto por el personaje, sino por la manera como se piensa y razona el pasaje histórico. “Hay un punto dramático en esta obra que nos hace pensar que la historia no es más que una parte de la vida”.

El montaje, que cuenta con la participación al piano de Deborah Silberer y la dirección escénica de Artús Chávez, narra la última etapa de la vida de quien fuera emperatriz de México durante su reclusión en el Castillo de Bouchot, Bélgica, en donde permanecería cerca de 60 años hasta su muerte en 1927, a los 86 años de edad.

“Es un espectáculo de títeres hiperrealistas que narra el último día de Carlota, quien vive abrumada por los fantasmas de su pasado. El público no sabe si es un sueño, un recuerdo o una alucinación, pero al final percibe la condición humana, situaciones vivenciales que nos hablan de sensaciones y sentimientos”, expresó Gerardo Ballester.

Carlota será representada con dos títeres: una anciana perseguida por las sombras del pasado que tiene un momento de lucidez antes de su deceso, durante el que hace un recorrido por sus recuerdos, soledades, delirios y pasiones. En ese instante el público ve a una Carlota joven.

Dirigida a adolescentes y adultos, la pieza que no cuenta con diálogos, se sirve de la música de piano, interpretada en vivo, y de efectos sonoros para acentuar los paisajes emocionales, “porque, figurativamente, trato de reproducir el ambiente y las emociones”, comentó Deborah Silberer.

En este caso, la música es como el río que lleva el barco que narra los últimos momentos en que Carlota va rehaciendo su vida con la memoria y el recuerdo, y es la música la que va dando los ritmos y los puntos dramáticos a la narración.

Son siete personajes que conviven en la pieza teatral que navega entre el recuerdo, el sueño y la locura. En el montaje se emplea la técnica japonesa bunraku y los títeres de mesa, en cámara negra, que según Gerardo Ballester, le dan mayor realismo a la manipulación de los personajes, colocándolos al mismo nivel en el que se desempeñan los actores, vestidos completamente de negro.

Sobre la veracidad de los acontecimientos narrados en la obra de títeres silentes, el director escénico afirmó que “está basada completamente en hechos históricos, pero no es histórica. Lo que pretende es dar cuenta de la condición humana”.

Adiós Carlota se podrá ver en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, del 9 al 16 y del 21 al 23 de abril, a las 20 horas, con duración de 70 minutos. Boletos en ticketmaster al 53259000, taquillas del Museo Nacional de Historia, Museo Nacional de Antropología y Palacio de Bellas Artes.