Al diablo con sus Instituciones, pocas veces esta frase de Andrés Manuel López Obrador ha sido tan propia como estos días. Tan sólo en los periódicos de ayer y anteayer sólo se hablaba de la poca independencia del Poder Judicial y la ineficacia del brazo acusador del Poder Ejecutivo respecto al caso del ex-gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa, según lo reportado en medios, su primera audiencia fue vergonzosa, y sorprendente no por los resultados (esos no sorprenden, pues en México la impunidad de los políticos es la regla y no la excepción) sino por las formas, los abogados del gobierno (acusadores) después de todo el show que se armaron en Guatemala no fueron capaces de demostrar más que una posible desviación de 38 millones de pesos al erario público, cifra realmente ridícula cuando se toma en cuenta que se habla de unos 438 millones de pesos desviados en el sexenio de Duarte en Veracruz, es decir, que en los 10 meses que tuvieron para armar el expediente en contra de Duarte, sólo alcanzó para medio acusarlo de menos del 10% del que se habla que fue robado de las arcas del erario público veracruzano; y para rematar, los tres abogados de la Procuraduría General de la República, tuvieron que reconocer que no conocían el expediente; esta primera audiencia era sólo para determinar su legal detención, y lo único que pidió la defensa de Javier Duarte era una simple explicación de los cargos por los cuales se le acusa, espero que en la audiencia de pruebas sean un poco más específicos en la PGR y sean capaces de demostrar algo un poco más de 38 millones de pesos que es nada comparado con los más de 400 millones de pesos que Duarte permitió que se le quitaran a los veracruzanos, habrá que ver cómo sigue el juicio y si los 10 meses que tuvo la PGR para armar el expediente fueron capaces de armar bien las acusaciones y no salgan con imprecisiones y el presunto culpable, Javier Duarte, no salga libre y de paso que regrese lo que se robaron.
También se puede hablar de otra institución, supuestamente ciudadana e independiente, en este caso la electoral que por quedar bien con los de siempre, milagrosa y mágicamente decidieron, en particular su comité de fiscalización, decir palabras más, palabras menos que si hubo rebase de tope de campaña en las pasadas elecciones a gobernador de Coahuila, pero no tanto…lo suficiente para no anular la elección. Literalmente de la noche a la mañana resultó que en Coahuila el PRI pasó de rebasar un 31% el tope de gastos de campaña a un 8% y el PAN del 22% al 5%.
Por otro lado, en el Estado de México, Ciro Murayama, miembro del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, tuvo que reconocer que Alfredo del Mazo, el PRImazo del Presidente Enrique Peña Nieto, mintió y no declaró poco más de 50 millones de pesos de más gastados en su campaña pero que no hay cómo probárselo y de todos modos no va a pasar nada, por ahí no le van a quitar el “triunfo”.
Ojo con el dato de que Morena presentó 13 carpetas que detallaban una contabilidad paralela en la campaña del PRI, y cuyo gasto total ascendía a 374 millones de pesos, rebasando en un 131% el tope de gastos de campaña.
Como decía al principio, nunca como en estos días ha sido tan propia la frase de Andrés Manuel López Obrador “Al diablo con sus instituciones”, es más que necesaria la reforma a éstas y devolverles la esencia de entrega al bien común, es necesario procurar un Poder Judicial independiente, es necesario que la gente recuerde que si bien la corrupción es un delito personal, en el PRI y en el PAN hay toda un red de corruptos y corruptores y que es más necesario que nunca sacarlos de Los Pinos para ahora si limpiar la casa como se limpian las escaleras de arriba abajo, será necesario para que las instituciones puedan recuperar su credibilidad perdida a base de permitir la impunidad electoral y fiscal. Pero aun con esto, aun con todas las instituciones en contra, quienes militamos en Morena no nos preocupa, pues a pesar de ellos, se va a ganar y a defender la elección del 2018.
Texto publicado en Mexican Times