Las ondas gravitacionales previstas por Albert Einstein en 1916 con su teoría de la Relatividad han sido observadas en modo directo, lo que abre un escenario de descubrimientos sin precedentes sobre el universo, anunció hoy el investigador italiano Fulvio Ricci.
En una rueda de prensa en Cascina, Pisa, paralela a la que confirmó en Washington el sensacional descubrimiento, el científico dijo que la hipótesis de Einstein ha sido comprobada, que las ondas gravitacionales existen y que han sido observadas, con lo que “el universo ha hablado por primera vez”.
Ricci es coordinador de la colaboración científica Virgo, fundada por el Instituto de Física Nuclear italiano y el Centro Nacional de la Investigación Científica francés, que forma parte del Observatorio Gravitacional Europeo (EGO, por sus siglas en inglés) y que ha trabajado en la investigación.
El experto informó que fue la colisión de dos hoyos negros ocurrida hace más de mil millones de años la que provocó la primera señal de las ondas gravitacionales detectada por las antenas del instrumento Ligo y analizada entre Europa y Estados Unidos por las colaboraciones Ligo y Virgo.
“En 1916 Einstein predijo las ondas gravitacionales. Hoy nos sentimos felices de anunciar que las hemos detectado por primera vez, lo que abre un nuevo capítulo en la astronomía”, declaró Ricci.
Explicó que las ondas gravitacionales fueron detectadas el 14 de septiembre de 2015, a las 10:45 hora europea (08:40 GMT) por los instrumentos gemelos Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory (Ligo) en Livingston, Lousiana y en Hanford, en el estado de Washington.
Dijo que tales ondas fueron producidas en la última fracción de segundo del proceso de fusión de dos hoyos negros, uno de masa equivalente a 29 masas solares y otro a 36, que crearon un único hoyo negro de unas 62 masas solares, pues las tres faltantes equivalieron a la energía emitida durante el proceso.
“Este resultado representa un hito en la historia de la física, pero es también un nuevo capítulo para la astrofísica, porque en los próximos años seguirán llegando otros importantes resultados de los interferómetros Ligo y Virgo, que ahora están organizados en una única red global de reveladores de ondas gravitacionales”, añadió.
Indicó que observar el cosmos a través de las ondas gravitacionales cambia radicalmente nuestras posibilidades de estudiarlo, pues hasta ahora era como si lo hubieramos observado a través de radiografías, mientras que con el descubrimiento estaremos en grado de “realizar una ecografía a nuestro universo”.
“Parecía un reto imposible, como lo decía el propio Eisntein, que consideraba muy débiles a estas señales como para poder detectarlas, pero en cambio lo hemos logrado”, insistió.