En esta imagen primaveral tomada hace años se distinguen cinco niveles bien diferenciados: el cielo opaco, las cumbres blancas de Sierra Nevada, la majestuosa Alhambra, el bosque que la circunvala y el barrio del Albaicín al pie de la colina, con la torre descollante de la iglesia de San Pedro y San Pablo.
El esplendor que perdura en la Alhambra, en sus jardines, fuentes y decoraciones geométricas, data del siglo XIV, cuando el reino nazarí se trasladó a Granada, protegido por las montañas de Sierra Nevada.
Dos siglos después, los reyes cristianos construyeron un palacio renacentista pero conservaron los magníficos palacios musulmanes.
Las voladuras efectuadas por las tropas napoleónicas durante su retirada a comienzos del siglo XIX casi destruyen el recinto por completo.
En 2014, la Alhambra vivió «el mejor año turístico de su historia», según María del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra y Generalife.
