El 19 de mayo de 1536, hace 477 años, Ana Bolena fue ejecutada en el patíbulo, acusada de adulterio por su marido, Enrique VIII
Cada año, en estas fechas, se depositan flores en la capilla de San Pedro ad Vincula, en el recinto de la Torre de Londres, para honrar la memoria de Ana Bolena, quien fuera dama de honor de Catalina de Aragón y reina de Inglaterra hasta que el 19 de mayo de 1536, hace 477 años, fue ejecutada en el cadalso, en la Torre de Londres, acusada de adulterio por su marido, el rey Enrique VIII.
Ana Bolena rondaba la treintena cuando fue decapitada con un golpe de espada, víctima de una conspiración y tras un juicio más que discutible promovido probablemente por sus enemigos en el palacio y auspiciado por el rey, que parece ser que estaba obsesionado por engendrar un heredero varón y que ya estaba enamorado de la que sería su tercera esposa, Juana Seymour.
Anne Boleyn, como se la conoce en inglés, no recibió un funeral solemne, acorde con su rango y sus orígenes aristocráticos. Sus restos mortales fueron envueltos y enterrados en una tumba común en la capilla de San Pedro ad Vincula, donde seis años después se enterrarían también los restos de la reina Catalina Howard, quinta esposa de Enrique VIII, que también fue ejecutada.
Ana Bolena no contó con el apoyo del pueblo británico, que la había tachado de prostituta por haberle usurpado el trono a Catalina de Aragón, aunque posteriormente sería vista como una mártir cristiana que había sido vilipendiada injustamente. En 1876, la reina Victoria ordenó la restauración de la iglesia de San Pedro ad Vincula, se identificaron los despojos de Ana Bolena y se colocó una losa sepulcral acompañada de una inscripción.
Cuenta la leyenda que su fantasma decapitado sigue vagando por la Torre de Londres.