México.- De acuerdo con los datos ofrecidos por el economista Gonzalo Rojon, en la mesa “Los derechos de autor en la era digital”, en el marco del Simposio Internacional del Libro Electrónico, la industria editorial aporta el 2 % del Producto Interno Bruto (PIB) Nacional lo que la convierte en la industria cultural más importante, de ahí la necesidad de adecuar los contratos que se realizan en la actualidad para incorporar los derechos digitales ante el aumento de la tecnología y las publicaciones de e-books en la red.
“La realidad en América Latina es que gran parte de los editores sólo son titulares de derechos análogos derivada de la inexistencia del formato digital al momento de celebrar los contratos”, mencionó en su intervención, el abogado José Luis Caballero, conferencista de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Agregó que adecuar un contrato de edición al entorno digital implica estrategias distintas y diferenciadas del análogo por lo que se debe prever el número de ediciones y ejemplares, el ámbito de explotación temporal y espacial, la fijación de regalías y la aplicación de medidas tecnológicas de protección a las obras.
Aunque destacó que hay un fortalecimiento en las estrategias de contratación, reconoció que la situación actual en Latinoamérica refleja una carencia de fondos editoriales digitalizados, falta de plataformas tecnológicas adecuadas para la administración de un catálogo digital y ausencia de un sistema adecuado de protección de derechos de autor que inhibe a terceros ceder derechos para nuestros propios países.
Por su parte, Gonzalo Rojon, director de Análisis de Nomismae Consulting, subrayó que la industria editorial equivale al 40 % de las Industrias Culturales que se tienen en México, por lo que es necesario adquirir un marco regulatorio eficiente, ya que con la evolución de Internet y las nuevas plataformas tecnológicas, el marco regulatorio se ha quedado rezagado en ese ámbito.
A través de gráficas apoyadas en un estudio basado en la Encuesta Nacional de Consumo y Prácticas Culturales 2010 del Conaculta, explicó que una de las posibles razones para explicar el fenómeno es que en México aún no existe una fuerte penetración del libro electrónico, pues entre los sectores más bajos del nivel socioeconómico como el C y D sólo el 33% tiene acceso a Internet.
Por último, Fernando Zapata, director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe subrayó que el avance exponencial de las tecnologías de la información ha transformado los hábitos de lectura y han generado nuevos nichos de mercado.
“No estamos en una era de cambios, estamos en un cambio de era que tiene sus paradigmas”.
Agregó que en la actualidad parece un nuevo juego de roles entre distintos actores en los que los derechos de autor articulan jurídicamente a todos. Están los creadores de contenidos especializados para blogs, tweets…; los editores que se adapten a estas nuevas formas; los lectores que accedan a contenidos de forma legal y acorde a los derechos de autor, los distribuidores que se reacomoden a los nuevos modelos como la descarga de e-books y los proveedores de servicios de Internet.
Destacó que en materia de derechos de autor más que normas se necesita voluntad política por parte de los organismos involucrados para valorar su importancia y la necesidad de protección.
La mesa “Los derechos de autor en la era digital”, contó con la moderación de Manuel Guerra Zamarro, director general del Instituto Nacional de Derechos de Autor.