Archivo General de la Nación, a la espera de presupuesto

A pesar de que la semana pasada fue aprobada en el Senado la iniciativa de Ley Federal de Archivos y ya se encuentra en comisiones en la Cámara de Diputados para su discusión, no se puede decir que las obras de la nueva sede del Archivo General de la Nación (GN) avancen a la misma velocidad; todo lo contrario.

El AGN, que de aprobarse la ley pasaría a tener mayor autonomía porque sería un ente descentralizado y no dependería de la Secretaría de Gobernación, hoy por hoy carece de los recursos para continuar la segunda y tercera etapas de trabajos en su sede, que comprenden dos edificios a donde pasarán y se conservarán los más de 48 kilómetros lineales de documentos con que cuenta la institución, y la intervención sobre la sede actual con el fin de desarrollar allí un centro cultural que incluirá museo de sitio, salas de consulta, área de exposiciones y espacios para el público.

Los despachos de arquitectos que están al frente de las dos obras tienen desde hace meses listos sus proyectos, pero ya tienen también meses de no poder avanzar en los mismos.

Desde Bogotá, Colombia, el arquitecto Juan Pablo Ortiz, quien es responsable del edificio de procesos archivísticos que albergará los documentos y del área de laboratorios, explica que su obra “está en este momento prácticamente parada por falta de recursos y se ha retrasado cerca de un año”.

En México, el arquitecto Julio Amezcua, del despacho at103, ganador del concurso para rehabilitar la que fuera antigua prisión de Lecumberri, que desde 1982 ocupa el Archivo General de la Nación, explica que ellos siguen esperando firmar con la Secretaría de Gobernación el contrato de la obra, lo cual estaba programado para noviembre pasado. Las obras in situ de at103 sólo podrán iniciarse una vez que todos los documentos sean llevados al nuevo edificio de procesos archivísticos.

Se le solicitó a la Secretaría de Gobernación, a través de Comunicación Social, información sobre fechas y pendientes sobre estas obras, pero no hubo respuesta alguna.

El problema es que mientras se definen los recursos, los archivos continúan su deterioro. Ortiz dice que el estado en que se encuentran actualmente “es lamentable”:

“Es triste ver el archivo histórico más importante de Latinoamérica, tanto por el volumen de documentos que custodia, como por su antigüedad, en riesgo; los documentos presentan diversos niveles de contaminación por bacterias y microorganismos, al igual que por vandalismo”.

Amezcua dice: “El hundimiento continúa y hay problemas de inundación serios; lo que urge hacer, al tener dinero, es un cárcamo nuevo para que el área de la biblioteca se deje de inundar. Hay necesidad urgente de recursos”.

Hacia el futuro

El costo de las tres etapas de obras en el AGN asciende a mil 547 millones de pesos. La segunda y tercera etapas demandan alrededor de mil 200 millones de pesos. El dinero otorgado, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de 2011, fue de 54 millones. En 2010 se terminó la primera fase de obras que comprendió trabajos en el llamado Palacio Negro, y que incluyó una librería del Fondo de Cultura Económica. Para la segunda fase fue invitado al proyecto el arquitecto Juan Pablo Ortiz, autor del diseño del Archivo de Bogotá, reconocido como un espacio eficiente y amable tanto para las personas que en él trabajan como para el publico.

El edificio que Ortiz hará en México, que se ubicará donde estaba el Renapo (ya demolido) consta de dos áreas operativas: la primera es la de procesos archivísticos que incluye laboratorios de conservación, restauración, reprografía, descripción, catalogación, oficinas de apoyo y sala de computo con seis mil metros cuadrados de construcción. La segunda, es el edificio con las bóvedas que resguardarán el acervo histórico, con 20 mil metros cuadrados diseñados técnicamente para su custodia.

En entrevista vía correo electrónico, Ortiz explica: “Frente a las drásticas fluctuaciones de clima de la ciudad de México, se requiere un edificio con un alto consumo de energía, pero nuestro proyecto ofrece un edificio que, además de ser un eficiente ahorrador de energía es productor de ésta; será la superficie captadora y productora de energía fotovoltaica más grande del centro de México. Será un edificio modelo de prácticas ambientalmente sostenibles”.

Ortiz y su equipo iniciaron los diseños a finales de 2009. El proyecto ejecutivo tanto del edificio de procesos archívisticos como el de las bóvedas del acervo está listo para ser construido. Falta construir todos los componentes del proyecto y ejecutar la supervisión arquitectónica de obra.

Acerca del presupuesto para la obra, comenta: “Sé que se están ejecutando los recursos para construir la estructura metálica del edificio de procesos archivísticos; nos prometieron cerca de 200 millones de pesos para terminar su construcción; pero aún no se sabe cuándo llegarán los recursos para la construcción de las bóvedas del acervo”.

Aunque la meta es que los edificios estuvieran concluidos para 2012, Ortiz precisa que con el flujo de recursos prometidos para este año, se habrá terminado para el 2012 el edificio que contiene los laboratorios de restauración, conservación, reprografía, las áreas de catalogación, centro de computo y el puente de conexión entre estas dependencias y el Palacio Lecumberri”.

Un centro cultural

El despacho at103 fue el ganador de un concurso para la intervención en el espacio donde hoy se encuentra el AGN.

La propuesta aprovecha el hundimiento de la zona para generar dos niveles, uno público, con jardines, y uno administrativo, donde actualmente se encuentran las crujías (que fueran celdas en tiempos de Lecumberri). Aquí habrá una sala de referencias, una sala de consulta y documental, una biblioteca, un museo propio del AGN, un área administrativa y de preparación del museo. Todo estará articulado, un piso arriba del jardín, a partir de un nodo que comunica por una rampa hasta el Palacio, que marca la diferencia entre los espacios privados y públicos.

Amezcua, quien desarrolló el proyecto junto con su socio Francisco Pardo, en colaboración con Alejandro Hernández G. y Hugo Sánchez, plantea que lo que se tiene que hacer es recuperar el edificio sin andar falseando.

Su proyecto incluye retirar las añadiduras que se hicieron a la obra para convertirla en sede del Archivo. “Todo lo que se va a quitar es siglo XX”, reitera, el joven arquitecto.

“Se le puso una cúpula que está dañando la estructura de todas las crujías porque trabaja con pilotes, entonces al no moverse esa estructura, se están generando filtraciones y hundimientos”, explica Amezcua y destaca las características del edificio: “Es único en su especie, es un panóptico. No hay otro con estas dimensiones de espacio, de área construida, de su significado por salvaguardar la memoria, no existe”.

at103, para empezar, propone una intervención, no una restauración. El proyecto de este despacho busca, además, vincular el conjunto con la población, áreas verdes y espacios públicos de esta zona del centro oriente de la ciudad.

“La primera idea es que este proyecto que siempre fue, por naturaleza, introvertido, sea extrovertido. Un edificio público como éste tiene que ser público, la mayoría de los edificios públicos en México no lo son, son controlados, tienen rejas. Y una segunda idea es activar el edificio”.

A partir del nodo, se genera un vestíbulo y se vincula con cada uno de los ambientes que se necesiten. “Es un conector, en términos arquitectónicos se le conoce como un vestíbulo. Si quiero usar el parque tengo muchas formas de acceder a esa zona que está dos metros abajo, pero si quiero entrar a la parte controlada del museo, de la biblioteca, etc. tengo que hacerlo por la rampa; entonces se separa siempre lo público de lo privado y se controla”.

El arquitecto destaca que la propuesta de su despacho tiene la ventaja de que puede construirse por etapas. “Este no puede ser un proyecto sexenal, es un proyecto de infraestructura nacional, no es de un partido, de un presidente, es una necesidad. Se puede crear en fases, remodelar una por una las crujías. Es una opción que se le da al cliente”.

El equipo de at103 incluye la participación de museógrafos, arquitectos, diseñadores de paisaje e industriales.

“Estamos en la etapa del proceso ejecutivo, a pesar de que no hemos firmado aun contrato. El compromiso de la SG fue que en noviembre firmábamos el contrato, no lo han hecho, pero nosotros seguimos trabajando. Yo lo único que pido es que así como he cumplido mi compromiso, que el gobierno cumpla sus compromisos. Los arquitectos en México estamos cansados, en general, de los concursos a que nos convocan, nos ponen a trabajar a cientos de personas, y (al final) que no se hacen. Pido que cumplan lo que dijeron; estoy listo para poner toda la gente a trabajar y cumplir sus tiempos, que también es un tema muy ‘divertido’ cuando trabajas con el gobierno”.

Por lo pronto, at103, junto con Ortiz y personal del AGN, prepara para el 30 de abril la exposición Pasado, Presente y Futuro del Archivo, que será una muestra permanente; con ésta buscan captar la atención y concientizar al gobierno y a otra gente que podría participar a través de patronatos.

Agencia El Universal