
Ciudad de México.- El informe de la Cuenta Pública 2009 elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) arrojó irregularidades en la construcción de la nueva sede para el Senado de la República que se construye en avenida Reforma, que van desde pagos no procedentes, hasta «mala calidad» por filtraciones de agua y anomalías en el material utilizado.
Aunque en general la ASF consideró que el Senado cumplió con las disposiciones normativas, detectó un sobre ejercicio por 54.2 millones de pesos que no fueron reportados a la Cuenta Pública 2009, además de un inadecuado registro y control de los recursos del proyecto.
Tampoco se recalculó el financiamiento con base en los anticipos asignados, hubo amortización incorrecta de anticipos y deficiencia en la calidad de los trabajos ejecutados.
En total, se generaron nueve observaciones de las cuales, dos fueron solventadas y las restantes generaron nueve recomendaciones y una solicitud de aclaración.
En el acabado de la obra se detectaron calidades irregulares en 60% de los muros de concreto, por utilizar una «cimbra diferente», por lo que no se consideró ese trabajo en las estimaciones para pago.
La ASF detectó filtraciones de agua en algunas partes de la nueva sede de la cámara alta.
La cuenta pública 2009 también señala que se detectaron modificaciones a la estructura original, en las columnas y trabes, aunque en este último caso no se detectó afectación alguna, y fueron solventadas.
Entre las observaciones, la ASF destaca que no encontró evidencia de los estudios de factibilidad y de costo beneficio del proyecto para la construcción de la Nueva Sede del Senado, y tampoco del mismo en la cartera de programas y proyectos de inversión de la Secretaría de Hacienda.
El Senado y las autoridades involucradas argumentaron entonces que la ley no los obligaba a ello cuando inició los trámites para la obra.
En la revisión de la cuenta, se constata además un sobre ejercicio de 21.8% entre lo reportado, 300 millones de pesos, y un gasto adicional por 110 millones de pesos. El Senado aclaró la situación, aunque con el fiduciario reconoció haber gastado 54.2 millones de pesos más que los reportados a la cuenta pública, además de que existieron otros pagos por 455.7 millones de pesos sin el sustento del reporte correspondiente en la citada cuenta pública.
En otra observación a pesar de haber reportado un ejercicio de 410 millones de pesos en 2009, en realidad el fideicomiso integrado por Banobras gastó 880.5 millones de pesos para la construcción de la nueva sede, cifra superior en 470.5 millones en relación a lo recibido por ese año.
El Senado afirmó tener todo en regla, pero la ASF consideró que las irregularidades persistían; en otro caso consideró necesario revisar los rubros de financiamiento y ajustes de costos en función de los anticipos otorgados, con respecto a los avances reales de la obra.
El Senado también fue auditado en materia de «Bienes muebles e inmuebles», y se decretaron 12 observaciones, de las cuales dos fueron solventadas. El resto generó 17 recomendaciones al desempeño.
En la revisión se encontró en 2009 un valor total por siete inmuebles propiedad del Senado, por 342.8 millones de pesos.
Además, registró cinco inmuebles arrendados y uno en comodato, donde se ubica el Instituto Belisario Domínguez.
En la revisión, se detectó el faltante de 33 bienes no localizables. Se registró la compra en 2009 de 2 mil 447 bienes inmuebles durante 2009, con un valor total de 35.1 millones de pesos.
La ASF detectó la compra de una camioneta por 502 mil pesos, y se rebasó el monto límite aprobado que era de 302 mil pesos, es decir 151.3% más.
El Senado careció de evidencia documental sobre el techo presupuestario asignado al proyecto de digitalización del Canal del Congreso, y al programa de Desarrollo Informático 2009, ni de la justificación del incremento en el gasto en mobiliario y equipo de administración por 3.9 millones de pesos, ni de la observancia de los criterios de compatibilidad, austeridad y racionalidad.
El reporte también da cuenta de la titularidad por parte del Senado del predio de «La Ciudadela», y que no se realizó acción alguna para regularizar el predio, ni el comodato en que labora el Instituto Belisario Domínguez.
El Senado tampoco concilió el levantamiento físico del inventario con el registro contable, y se detectaron diferencias entre lo existente y los registros, por 21.7 millones de pesos.
A raíz de lo auditado, la ASF recomendó al Senado reforzar sus mecanismos de control y vigilancia.
Sin embargo, la ASF consideró que la Cámara de Senadores cumplió con las disposiciones normativas aplicables en materia de administración de bienes inmuebles, a excepción de las observaciones.
Agencia El Universal