Así se vivió el sismo en el DF

MÉXICO, D.F., diciembre 10 de 2011.- Sara Pantoja. Para quienes superan las tres décadas de edad el recuerdo vino tan rápido como las ondas que hacían que los pisos brincaran. Para los que no sintieron el terremoto de septiembre de 1985 el de la noche de este sábado fue quizá el sismo más fuerte que les ha tocado vivir.

En la capital mexicana nuevamente, como en 1985, la zona en la que se sintió con mayor fuerza el temblor de fue el centro. Sin embargo, esta vez la intensidad de 6.5 grados en la escala de Richter, fue muy diferente al terremoto de 8.1 que enlutó al país hace 26 años.

En los edificios de oficinas, comercios y restaurantes las personas salían como podían. En las empresas y hoteles lo hacían de manera ordenada y siguiendo los protocolos ensayados en los simulacros. En las tiendas más pequeñas y restaurantes lo hacían de manera desordenada, algunas incluso, se mantuvieron sentadas en sus mesas y sin dejar de comer mientras los demás abandonaban el lugar.

En las calles se podían observar escenas que hace mucho tiempo se dejaron de ver: personas haciendo fila en un teléfono público para poder comunicarse, pues el sismo logró afectar por un par de horas las líneas de teléfono celular.

El centro histórico se encontraba con miles de personas disfrutando de los días previos a la Navidad, el área del Zócalo estaba abarrotada en torno a la pista de hielo y el árbol que fue montado, ahí se vivieron momentos de miedo que en pocos minutos pasaron para regresar a la diversión.

El antiguo cine Palacio Chino, ubicado en la calle de Iturbide fue evacuado, al igual que las oficinas de bancos y gubernamentales de la zona de avenida Juárez y Bucareli.

En las colonias Roma y Condesa algunos comensales salieron de los bares, restaurantes y cafetines que pululan por sus calles y los habitantes bajaron de sus departamentos. En ambos barrios conviven edificios nuevos y construcciones antiguas y en ninguna de ellas se reportó emergencia.

Una de las colonias castigadas por el terremoto de 1985, este sábado registró una afectación en una de sus edificaciones. Las paredes de la vecindad ubicada en el número 18 de la calle Doctor García Diego, en la colonia Doctores, se recargaron en el edificio de junto. Varios tramos del techo de las escaleras se desprendieron y dejaron ver varillas oxidadas, vencidas.

Integrantes de las 22 familias que ahí habitan salieron espantados de sus hogares de ventanas descuadradas y puertas angostas.

Humberto Pérez, habitante de la vecindad, que después del terremoto de 1985, fue catalogada como de “alto riesgo”, dijo que personal de Protección Civil sólo les advirtió que “no se puede hacer nada, y si valoran su vida, sálganse de aquí”.

En la misma calle, el pavimento se cuarteó, la tubería se fracturó por lo que se ocasionó una fuga de agua.

En otras colonias céntricas algunas personas salieron en penumbras, empijamados, otros con sus perros en brazos, y todos, asustados.

En las avenidas principales pasaban ambulancias, camiones de bomberos y patrullas con sus sirenas abiertas. Las luces de las torretas alumbraron las calles que se quedaron sin energía eléctrica y sin servicio de semáforos.

El Metrobus y el Metro funcionaron sin problemas y sus pasajeros fueron de los pocos que no sintieron que el piso se movió. Afuera de algunas cantinas, hubo quienes estaban mareados, pero no precisamente por el movimiento de la tierra.

En la unidad habitacional Tlatelolco, aquella tan fatalmente lastimada en el terremoto del 85, los pasillos se quedaron en penumbras. La gente salió de sus departamentos asustados, pero nuevamente con la posibilidad de contar que, una vez, más salieron con bien de un temblor.

Agencia El Universal