el Secretario General de la ONU participó en el relevo que portó la llama olímpica en Río de Janeiro en su recorrido hacia el estadio de Maracaná, donde se inauguraron los XXXI Juegos Olímpicos.
Ban Ki-moon llegó ayer a la urbe carioca y sostuvo una reunión con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. Más tarde, asistió a una gala donde expresó su gratitud a esa entidad deportiva por utilizar el poder del deporte en función del desarrollo y la paz.
El titular de la ONU también se reunió en la Villa Olímpica con los integrantes del equipo de Atletas Olímpicos Refugiados, a los que dijo que sus historias eran una fuente de inspiración para muchos.
“Tenemos 65 millones de personas como ustedes. Es el número más grande de refugiados y desplazados desde la Segunda Guerra Mundial. Hay mucho talento deportivo escondido en los refugiados y ahora ustedes pueden demostrar con sus fuerzas y capacidad que pueden ir más rápido, más alto y más fuerte. Estoy convencido de que recibirán muchos aplausos”, dijo Ban.
El responsable de Naciones Unidas también pidió nuevamente que se respete la tregua olímpica durante los juegos.
Por su parte, la directora de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, también portó la antorcha olímpica.
Antes de asumir su relevo, la funcionaria afirmó que en estos juegos la participación de la mujer creció en casi todas las disciplinas deportivas y destacó que las mujeres alcanzan casi el 50% de los atletas